"Si debo narrarte mis memorias, empezaré diciendo que, para una persona como yo incapaz de fijarse en alguien como ella, todo comenzó el día que me besó... todavía cierro los ojos y lo imagino."
La empujé con bastante fuerza al segundo de entender que en serio se había atrevido a tocarme. Para ese momento, por primera vez en mi vida mi corazón se aceleró por alguien y no entendí por qué debía ser por ella si nunca le había tenido más que repulsión.
—¿No funcionó?
—¡¿Qué no funcionó, maldita loca?! —le grité al levantarme de las gradas—. ¿Qué clase de contraataque es ese? Golpéame, maldíceme, pero no juntes tus labios con los míos.
—Oh... —su rostro era sereno cuando se acercó a mí—. Sí funcionó, nunca pensé ver a Brajko Hargreaves sonrojado.
—¡No estoy sonrojado!, ¿y por qué de repente apareces cerca? Aléjate.
Esto estaba mal, volví a mirar el rostro de esa Huffmoore y sentí mi corazón latir tan fuerte que pareciera querer provocarme un infarto. Algo andaba mal, ¿por qué me sentía nervioso?, ¿por un estúpido beso? No tenía sentido.
—¿Qué me hiciste?
—Ah, ya vas comprendiendo —sonrió inocentemente—. Lo siento, Brajko, sé que me odias con todo tu corazón, y ese odio es reciproco, pero aun odiándote me di cuenta al momento decisivo que no quería hacerte daño. Espero que consigas entenderme y perdonarme por esto.
La tomé por el brazo con fuerza porque la ira que crecía al desconocer sus intenciones iba en aumento.
—Responde mi pregunta.
—Es simple, lancé un hechizo de amor sobre ti al vincular mi magia con la de una diosa del amor. Ahora mismo estás obligado a amarme y te dolerá verme sufrir.
—¡Mientes!, tú no tienes magia suficiente para...
—Brajko, en el fondo soy ingenua por esperar que lo entiendas. Mi sello fue roto ayer, y si para dentro de una semana no cambias tu declaración sobre Dominik, lo lamentaré, pero no voy a decirte cómo romper el hechizo.
Cualquier grito, enojo o palabras de ira por mi parte luego de eso fue completamente inútil. Sobre todo, porque sabía que decía la verdad, esa chica fue osada para lanzarme un hechizo de amor capaz de funcionar. ¡Qué deshonra! No pude concentrarme para nada en la escuela y regresé a casa sin lograr algún avance. Normalmente sería posible amenazarla, pero bajo este hechizo hasta tomarla fuerte por el brazo me provocaba raras sensaciones.
¡Debía volver a ser el de siempre pronto!
—¿Brajko? ¿Qué te sucedió en el rostro, hijo? creo que tienes fiebre.
De solo entrar a la sala de mi casa vi a mi madre frente a mí. Raro... usualmente tardaba más de tres días en volver.
—¿El señor Hargreaves sigue en la sede?
—Tu padre es un hombre muy preocupado por su trabajo en el Círculo, y como actual líder de los Hargreaves debe dar el máximo —me dijo con las manos juntas sobre su pecho—. Pero hoy regresó temprano y está en su estudio.
—¡¿Por qué no empezaste por ahí?!
—¿Qué es todo este escándalo con tu madre? —rugió su voz a mi espalda.
Me volteé y lo vi mirándome demoledoramente de brazos cruzados. Mi padre era una persona capaz de ocasionar temor solo por su enorme estatura y fuertes músculos, aunque a mí solo me parecía un impresionante sujeto común.
—Llegas tarde y ni siquiera saludas a tu predecesor como es debido —dijo con una sonrisa.
—Daba por hecho que estabas trabajando.
ESTÁS LEYENDO
El Juego de los Hilos Divinos
FantasyBrajko es un chico arrogante y egocéntrico que se siente superior a los demás, en particular disfruta haciendo miserable la vida de Walentyna. Una chica amable y de alma pura. Sin embargo, todo cambia cuando la diosa del amor interviene en sus vidas...