El Juego de los Hilos Divinos

Capítulo 10:"Hoy descubro el secreto de esa bruja"

Las alucinaciones que convergen en mi mente no son más que una premonición, me afirman el peligro en el que me encuentro y cuenta no me he dado de su gravedad.

Walentyna estaba ese día sonriente, y con su sonrisa ocultaba la realidad de sus pensamientos.

—Cuando rompa el hechizo podrás contarme sobre tus verdaderos sentimientos. Está bien, he esperado diez años, puedo esperar un poco más.

—¿Diez años?, ¿qué has esperado?

Como una luz que se extingue su imagen desapareció frente a mí hasta que una claridad solar incoherente para la noche me cegó por completo.

—¡Es malo dormir más de seis horas! ¡A levantarse que nos esperan abajo!

Y unos gritos horribles acompañaron esa extraña luz que me molestaba en los ojos. Fue cuando entré en consciencia de que mi segundo hermano mayor se había tomado la obligación de despertarme ese día. Cuando vio que no tenía intenciones de salir de cama, utilizó magia de levitación para levantar mi cuerpo en el aire y hacerme volar por toda la habitación.

—¡Ya entendí! ¡Ya entendí, Eyron!

—Qué dormilón te has vuelto últimamente, sabes lo que dicen, si un mago duerme más de seis horas puede entrar en estado de hibernación.

—Eso solo lo dicen los viejos. Nuestro tío duerme diez horas por día y está bien.

—¿Hablas del tío loco?

Mi hermano era un ser mágico con dos graves defectos: no perdía una discusión y nunca se callaba. Alternativa no tuve más que sentarme en la cama mientras procesaba estar despierto. Era muy temprano y mi cuarto tenía mucha luz.

—Oye, no me ignores, Uwe.

Del golpe al escuchar ese nombre abrí los ojos grandemente de la furia.

—Ya te dije que no uses mi primer nombre.

Él solo se carcajeó en lo que caminaba hacia la salida alegando que yo lo había escuchado mal. Bueno, finalmente me dejaría solo.

—Ah, cierto, papá estaba preguntando por ti dado que anoche llegaste muy tarde y sospechan que estabas con la menor de los Huffmoore.

—¿Y qué si lo estaba?

¿De dónde me había salido el valor para decir eso?, de cualquier forma, mi enojo solo consiguió detener a Eyron que se acomodó al marco de la puerta para hablarme.

—De todos nosotros nunca esperé que fueses tú quien sería superado por uno de ellos, aunque tiene sentido teniendo en cuenta esa cosa.

—Esa cosa y esto no tienen nada que ver. Yo no estoy enamorado de Walentyna, es solo un maldito hechizo y cuando descubra quién es la deidad que puede solucionarlo todo, se acabará.

—¿Sabes? Si realmente la amas más allá del hechizo, en la familia nadie va a oponerse, aunque nos duela ser quienes perdamos, nuestra derrota ha sido solo atrasada por los años. Deberías tener eso en cuenta.

—No seré la razón para que esa cosa nos marque.

—Tú eres la razón, ya sea que ignores a la chica o permanezcas a su lado, nada cambiará para esa cosa.

El rostro de mi hermano Eyron era serio para ese momento, sabía que los había decepcionado al ser superado de esta forma por una Huffmoore que consideré tan débil como para no cuidarme, pero aun así me molestaba ver lo bajo que había caído frente a sus ojos.

Él no dijo nada más, se marchó rápido por el pasillo y me dejó solo en mi habitación. Yo me dejé caer en la cama mientras todos mis problemas me invadían. Hacía mucho que no hablábamos de eso, de hecho, en esta familia se evitaba para no levantar malos recuerdos.