"Existía una condición muy rara que aparecía en algunas familias cuya magia era por extracción de naturaleza donde el bebé al nacer le robaba parte del poder mágico a la madre. Lo establecido por los Círculos hace años fue que estos linajes debían mezclarse con otros para erradicar la enfermedad y no matar a la madre."
"Los Hargreaves sufrían de esto desde hacía siglos, terminando con la muerte de muchas mujeres al dar a luz a su cuarto o quinto hijo. Los Huffmoore les aconsejaron no tener más descendencia con familias parecidas, no obstante, fueron ignorados."
"Los hijos que nacían de esta condición eran muy poderosos porque recibían parte del poder mágico materno. Ante esta situación, el entonces jefe de los Huffmoore lanzó una maldición que perduraría por siempre."
—Hace cincuenta años a los Hargreaves se les castigó con una maldición que alteraba el destino de su linaje. La misma decía que el último descendiente estaba sentenciado a encontrarse y enamorarse del último heredero de los Huffmoore hasta que las dos familias se convirtiesen en una sola.
No pasó mucho tiempo para que ella se marchara corriendo luego de escuchar eso, le grité, incluso sus padres la llamaron, pero no se detuvo y desapareció escaleras arriba.
En el pasado la había odiado en parte por ser la hija menor de los Huffmoore con quien debía luchar para que la maldición no se cumpliera, ahora no podía importarme menos nada de eso.
—Brajko, ¿a dónde vas?
—Voy a buscar a Tyna. Le pido a los Huffmoore que se queden con Eve.
No perdí tiempo escuchando replicas, subí por las escaleras con la misma velocidad que esa bruja. Debía pensar dónde buscar, en el piso superior estaban los cuartos si seguía recto el pasillo donde me encontraba. No pensaba que hubiese ido a uno de ellos porque teníamos un patio interior enorme que se asemejaba a un pequeño bosque justo siguiendo el pasillo derecho que ahora recorría.
Resaltaba a la vista como cúpula que se elevaba en el centro de la casa, el suelo donde había sido creado era el techo del piso inferior donde teníamos un teatro. Me escabullí entre las columnas hasta llegar al patio, pero no logré divisarla por ningún sitio.
No sentía su energía vital, ¿me había equivocado? Siempre que estaba triste o enfadada iba al bosque, y Walentyna conocía mi casa como para ignorar esto. Fue una idea que no pude seguir procesando porque dos nuevas voces se escucharon a mi espalda.
Me escondí por instinto detrás del árbol donde se tenía visión del pasillo rodeado de columnas. Pude ver entonces a los dos jefes de ambas familias caminando juntos, ¿nos estaban buscando?
¿Juntos?
—Después de todos estos años, la maldición ha llegado a nuestros hijos —dijo el señor Huffmoore—. No se podía esperar menos de mi padre, su conexión con Fordtghet siempre ha sido excepcional.
Fordtghet era una diosa del amor que representaba a esa gente, la diosa de la familia. No vi a mi padre inmutarse ante el comentario, siguió caminando calmadamente.
—Nos conocemos, Huffmoore, no digas lo innecesario que solo me seguiste bajo la excusa de buscar a tu hija por una razón.
—Ja, ja, ¿te diste cuenta? Pero mi hija es fuerte, y seguro está junto a Brajko, no tengo motivos para preocuparme —respondió al detenerse, creo que su rostro era serio—. Sin embargo, ella sí me preocupa, la veo feliz, aunque está débil.
—Sabes que debes mantener tu distancia incluso en tus preguntas.
—¿Luego de tantos años te preocupas, Hargreaves? Ella se casó contigo.
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El Juego de los Hilos Divinos
FantasyBrajko es un chico arrogante y egocéntrico que se siente superior a los demás, en particular disfruta haciendo miserable la vida de Walentyna. Una chica amable y de alma pura. Sin embargo, todo cambia cuando la diosa del amor interviene en sus vidas...