Hasta La Muerte || Junior Wheeler & Tú. (Capítulos Muy Pronto)

Capítulo 3.2

01 de Noviembre.

Odiaba los inicios de mes, siempre era lo mismo, ir a terapia con la psiquiatra Mixter.

Ahora estábamos Michelle, Caroline, Lexy y yo sentadas en el pequeño sofá que se encontraba en su consultorio. Teo se había quedado en casa con una niñera que contrato Michelle.

—Dijo que le gustaban los abrazos— gracias a lo que pasó anoche Caroline había tenido un shock por recordar a Chucky—. Dijo que era mi amigo hasta el final. Al principio, parecía muy agradable, pero me mintió. Tenía secretos. Chucky siempre tenía secretos—.

—Caroline— la interrumpió Mixter—, ¿cuáles eran los secretos de Chucky?—

—Mato a mucha gente— y vaya que no mentía en ello—. Incluyendo a mi padre—.

—Caroline, sabes que fue Junior Wheeler quién lo hizo. El padre de tu pequeño sobrino. ¿Verdad _____?— volteo a verme.

—No— Caroline me miró—. Díselo _____. Ustedes también lo vieron— refiriéndose a su hermana y a mi—. Y ahora ha vuelto. Chucky era el fantasma del Halloween pasado. Díganle, Lexy, _____. Era Chucky—.

—No— tuve que mentir—. No, Caroline, fue Junior— me dolía aún admitir esa estúpida mentira—. Junior mató a toda esa gente. Chucky es solo un muñeco. Quiero decir, lo era—.

—Lo entiendes, ¿verdad, Caroline?— cuestionó Mixter al término de mi mentira.

—No puede culparla por pasarla mal— intervino Michelle—, y el aceptar que su propia hermana y amiga muy cercana a ella pudiera invitar a un chico así a nuestras vidas—.

—Nunca te gustó— espetó Lexy—, ni siquiera antes de que matará a alguien—.

—¡Exactamente! Siempre he sido capaz de leer a la gente, y me di cuenta que él era una mala persona. Y ahora su hijo crecerá con esa historia tan horrible del asesinato de todas esas personas—.

—¡No!— está vez la interrumpí—. No siempre fue así. Él era el niño más dulce del mundo—.

—Ese chico lo destruyó todo— fuí interrumpida—. A su padre, a toda tu familia, muy posiblemente a mi carrera, si no han visto las últimas encuestas, y la infancia de su hermana. Ella ni siquiera puede dormir, sin despertarse gritando cada noche, por las pesadillas— miró unos segundos a Caroline para después ver a la psiquiatra y susurrar—. Y me hizo deshacerme de todas sus muñecas—.

—Sí, se llama pediofobia— espetó Mixter—. Es el término clínico para el miedo a las muñecas—.

—Lamentablemente, es el menor de nuestros problemas— siguió Michelle.

—En realidad creo que podría ser el lugar ideal para empezar— cerró su libreta.

—¿Qué quiere decir?—

—Me gustaría probar algo, si me lo permiten—.

—De acuerdo—.

—Saben, colecciono muñecas, de forma recreativa— se puso de pie y camino con dirección a su escritorio—. Desde que tenía la edad de Caroline. De niña, tuve polio— honestamente a mí no me interesaba saber su vida de niña—. Estuve en cama durante dos años. Mis bebés eran mis únicas amigas. Realmente es un pasatiempo fascinante—.