NINE.2

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HOSEOK


Su cuerpo no respondía, estaba molesto y quería golpear a Taehyung. Porque es que, como se atrevía el muy imbécil a desafiarme de esa manera, acorralándome entre la puerta y su cuerpo. El tipo estaba loco, si pensaba que me iba a dejar intimidar. Solo que cuando su cuerpo, empezó a cernirse sobre el mío, mi pulso salió disparado y mi corazón subió a la garganta, totalmente en show.

¿Qué estaba haciendo?

Lo mire fijamente arrepintiéndome instantáneamente, cuando sus profundos ojos, me miraron con tanta intensidad, que me hizo estremecer. Trague grueso y balbucee.

— Ummm. Por supuesto. Y será mejor, que te alejes de mí, si no quieres que lo primero que haga, apenas salga de aquí, sea hablar con mi padre y contarle todo. —Demande con firmeza. Sin embargo, el muy estúpido, se acercó más a mí, si eso era posible, haciéndome respirar con dificultad. Musitando, demasiado cerca.

— ¿Lo harías? — Cuestiono, cada vez más cerca de sus labios —¿De verdad lo harías? — ¿Cuál era su juego? —Porque me da la impresión, que no serias capaz Hoseok... Que sabes tanto como yo, que esta atracción es cada vez más fuerte y que, aunque ambos nos neguemos a aceptarlo, ya estamos demasiados jodidos, para hacer como si nada ocurriese. —Trague con dificultad, sumergido en el mar de emociones, que me tenían con el corazón en la garganta. La voz áspera de Taehyung, susurrándome por encima de los labios, tampoco ayudaban a mis pobres nervios a tranquilizarse.

De repente empecé a sentir un cosquilleo en mi vientre, abrumado por tanta cercanía. Un escalofrió recorrió mi columna vertebral y por alguna razón, mi mente viajo, a aquella noche, la noche en que todo había empezado. La noche en la que mi vida, se había convertido, en una estúpida película de terror. La noche en que todo se había jodido.

Había tratado de no pensar mucho en esa noche, de igual manera no era como si recordara mucho. Todos eran recuerdos vagos, siendo su única imagen clara, la de Taehyung, el siguiente día cuando despertó a su lado. Sentí mis mejillas enrojecer ante el recuerdo. El recuerdo de Taehyung, desnudo y tendido como todo un Dios griego, en la cama de ese hotel.

Joder. Esto era estar jodido. Bien jodido.

Pase saliva, humedeciendo mis labios con la lengua. Taehyung, aún me miraba fijamente y su cuerpo se cernía sobre el mío. Siguió mi movimiento y musito.

— Puedo entender, que estés abrumado con todo esto. Pero sabes que no miento—Alzo su mano y acaricio mi mejilla con sus largos y delgados dedos. Un toque superficial y todo mi ser pareció cobrar vida, apenas con su roce.

Jodido infierno. Este hombre me estaba jodiendo la cabeza y yo se lo estaba permitiendo, cuando sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Aléjalo. Me dijo una voz, en los más profundo de mi cabeza, pero no podía hacer que mi cuerpo reaccionara. Sabía que esa voz en mi cabeza, tenía razón y debía alejarlo. Pero entonces, ¿Por qué no lo estaba alejando? ¿Por qué estaba ahí, sin hacer absolutamente nada?

El toque persistente de Taehyung en mi mejilla, me trajo nuevamente a la realidad. Parpadeando, cerré mis ojos y exhalé un suspiro largo. Entonces Balbucee torpemente.

— Yo...— Cerré la boca. Ahora no estaba dispuesto a admitirlo. Todavía no. Todavía se sentía, demasiado surrealista para ser verdad. Por todos los Dioses, era el esposo de su hermana. Él no podía hacer esto. No podía defraudar a su hermano, sin importar, cuanto su loco corazón, quisiera admitir las palabras en voz alta. Admitir que se sentía atraído por Kim Taehyung.

Abrí nuevamente la boca, para decirle que debía dejarme en paz. Dejar de torturarme de esta manera y alejarse de mí, cuando una voz familiar, llamo. —¿Hoseok? —seguido de pasos, cada vez más cerca. Mi corazón se detuvo por una fracción de pulgadas, mientras mis ojos se abrían de par en par. Era Jimin.

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