TEN

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HOSEOK


El sol salió y me encontró ya despierto. Mi mente seguía con todo lo que estaba pasando y cada vez que intentaba cerrar los ojos, mis pensamientos se agitaban y no podía tranquilizarme. La noche anterior estaba grabada a fuego en mi cerebro. Cada beso y cada caricia estaban grabados en mi alma. Era como si todavía estuviera allí, todavía envuelto en sus brazos mientras me destrozaba en cuerpo y alma.

Había tratado de mantener mis muros. De mantenerlo a raya, pero él había cruzado la línea haciéndome ceder. Haciéndome sentir cosas que no quería y no debía sentir, por el esposo de mi hermana. Creí que había sido suficiente, dejarle las cosas en claro, hacerle saber, que jamás podía suceder algo entre nosotros. Aun así, había estado desprevenido para realidad.

Cuando la noche anterior, Taehyung había entrado a mi habitación, los nervios me habían ganado, dejando escapar una serie de palabras, que no podía detener, haciéndome angustiar e hiperventilar, pero de alguna manera, Taehyung había logrado disuadirme y tenerme a su completa merced, lo que había sido vergonzoso, considerando la falta de voluntad y resistencia que tuve después, para apartarlo de mi boca, cuando me había besado, como todo un Dios del beso.

Mi cerebro estaba en una montaña rusa y no tenía ni idea de cómo bajarme de ella. Aun así, ya había tomado una decisión y lo mejor era que regresara a Paris. El abuelo Doyoung, lo entendería y mi padre, tendría que aceptarlo. No había vuelta atrás.

Me arrastro fuera de la cama, mientras el sol que entra por mi ventana, me pega directo en la cara. Gimiendo doy un paso y siento el dolor en mi trasero. Inmediatamente imágenes de Taehyung inmovilizándome contra la cama me hicieron calentar. Fue profundamente mortificante.

Me molestaba y avergonzaba mis propios pensamientos, pero no podía hacer nada al respecto, como tampoco podía hacer nada, por el sentimiento ridículamente inapropiado, que se revolvía en mi estómago cada vez que miraba a Kim Taehyung. El tipo se había metido bajo mi piel y no sabía cómo lidiar con ello.

Un suspiro frustrado, abandono mis labios y seguí con mi camino. Me dirigí al armario y tomé un par de bóxer, para posteriormente dirigirme perezosamente al baño y darme una ducha larga y tendida, tomándome todo el tiempo del mundo, para asearme adecuadamente y pensar en las palabras correctas, para informarle mi decisión a padre.

Cuando termine y quede satisfecho con lo limpio y relajado que se sentía mi cuerpo, me puse un par de bóxer y salí del cuarto de baño, con una toalla enroscada a mi cintura y otra más pequeña, secando mi cabello. Cuando alce la vista, dirigiéndome al guardarropa, un grito escapo de mi boca, al notar a la persona, sentada en mi cama.

— ¡Joder Jimin!, ¿acaso quieres matarme de un susto? —Dije llevando mi mano al pecho. Regulé mi respiración y negué con la cabeza pasando de largo y deteniéndome frente al closets. Pregunte. —¿Qué haces aquí tan temprano? ...No te sentí llegar. —Preocupado por el silencio de Jimin, me giré y observé su expresión. Tenía cara de pocos amigos y me miraba con una expresión dura y severa en su rostro. Inmediatamente, supe que algo anda mal.

Él se levantó de la cama y cruzo los brazos sobre su pecho. Murmuro fríamente.

— ¿Qué hacía Kim Taehyung, saliendo anoche de tu habitación?...

Mi corazón se detuvo por un segundo, ante las palabras de mi primo. Me quede inmóvil, encontrándome con su mirada y sumergiéndome en un mar de ansiedad y nervios. ¿Y ahora que se suponía, que debía decirle a Jimin? Tal vez si fingía, que no tenía ni idea de lo que hablaba, Jimin lo dejaría pasar. ¿Verdad?

— No sé de qué hablas Jimin. —Fue difícil abrir la boca, pero lo hice, apenas respirando, luego añadí. —Debiste haberte confundido. —Me gire, incapaz de sostener, la mirada decepcionada de mi primo. Posteriormente, rebusque nerviosamente en el armario y tome lo primero que encontré. A mis espaldas, Jimin espeto.

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