Capítulo 2.

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Mientras huía, Lalo no podía creer el caos que se había apoderado de las calles. Coches en llamas, gente corriendo por aquí y por allá, edificios explotando...

De repente, chocó con otro coche que se le atravesó y se golpeo la cabeza, casi desmayándose. Todavía viendo estrellitas, Lalo bajó del vehículo y vio que el otro coche se había volteado.

-¡Carajo!

Se apuró a llegar hasta el vehículo y revisó la parte trasera. Había una pequeña niña de cabello rubio y vestida en pijama que sacudía el asiento que tenía enfrente.

-¿Papi? ¡Hey!

-¡Niña! ¿Estás bien?

-Sí, creo que sí, pero mi padre...

-¡Resiste, los sacaré de ahí!

Como pudo, Lalo rompió el vidrio y sacó a la niña del vehículo. Los otros dos ocupantes, un par de hombres, uno joven y otro con barba, salieron por su cuenta.

-¡Cuidado!

Uno de esos "locos" se le fue encima al de barba y trató de morderlo.

-¡A un lado!

Lalo tomó su arma y disparó. El hombre cayó muerto, pero todavía no estaban a salvo.

-¡Ay!

-¿Estás bien, niña?

-Me duele la pierna...

-¿Mucho?

-Sí...

-¡Tendremos que correr!-dijo el hombre joven.

-Manténla a salvo, niño-dijo el de barba-¡Tommy, vamos!

Lalo cargó a la niña y salieron corriendo mientras el caos seguía en la ciudad. Una gasolinera explotó cerca de ellos y los obligó a tomar otro camino.

-¡Esas personas se están quemando!

-¡No mires, Sarah! ¡Mírame a mí, cariño! ¡Aquí estoy, junto a ti!

Siguieron corriendo, pero las salidas eran cada vez menos. Choques, explosiones, no tenían por dónde ir, y para colmo aquellos locos también les bloqueaban el paso mientras devoraban a la gente.

-¡Retrocedan, son demasiados! ¡Por el callejón!

El hombre joven, que por lo que Lalo había entendido se llamaba Tommy, les señaló un callejón a su izquierda y abrió una reja.

-¡Vamos!

Lalo y la niña fueron los primeros en entrar y siguieron corriendo, pero uno de los locos se les fue encima y por poco los devora, de no ser por Tommy que le disparó.

-¡Está muerto, sigan!

-¡Maldita sea, entran por el vallado!

Llegaron hasta un bar con los locos pisándoles los talones.

-¡Adelante, busquen una salida!

Entraron al bar y Tommy junto al otro hombre se quedaron atrás, deteniendo la puerta mientras los locos intentaban entrar.

-¡Vayan a la autopista! ¡Corran!

-¡¿Qué?!

-¡¿Tío Tommy?! ¡¿Papi?!

-¡Ve, tú tienes a Sarah! ¡Correremos más rápido!

-¡Vas a estar bien cariño, nos reuniremos pronto!

Lalo no tuvo opción. Salió del establecimiento todavía con la niña en brazos.

-¡No podemos dejarlos!

No te abandonaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora