Capítulo 6.

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-¿Todo despejado?

-Sí.

-Bien. Eh... ¿chicos?

Lalo y Sarah voltearon a ver a John.

-Yo... lo siento, perdón por ponerme así contigo Sarah, es que...

Suspiró.

-Un día antes de que todo se viniera abajo, mi madre dsayunó cereal. Al día siguiente se enfermó y en la noche nos atacó a mi padre y a mí. Yo me salvé de puro milagro, pero la empuje contra la mesa para que se detuviera.

-John...

-Desde entonces he estado muy... estresado. Cada vez que los veo... la veo a ella. Y ya no quiero verla, ya no quiero...

Empezó a llorar. Lalo estaba incómodo, no sabía que decir. Pero Sarah era buena consolando a la gente.

-Te estabas defendiendo. No hiciste nada malo. Respecto a lo de que me gritaste, yo debí tener más cuidado. Te pasaste un poco, pero no te reprocho nada.

John la abrazó entre lágrimas.

-Gracias, niña, gracias.

-Será mejor que descansemos. Mañana nos iremos a St. Louis.

-Eso está muy lejos.

-No tenemos muchas opciones.

Durmieron bastante mejor que otros días, sin pesadilas ni sobresaltos. En la mañana, desayunaron lo que les quedaba de comida y salieron. No tenían auto por lo que tendrían que hacer todo el camino a pie o al menos hasta encontrar otro vehículo.

Llegaron a Fulton luego de tres horas de caminar y se detuveron en un centro comercial abandonado. A pesar de que estaban agotados, Sarah recuperó energías y se fue a explorar por ahí.

-¡No te alejes mucho!

-¡No lo haré!

Recolectaron el agua y la comida que encontraron y fueron a buscar a la niña para seguir su camino.

-¡Hey, miren lo que hallé!

Sarah cargaba un montón de libros de Harry Potter, los cuales veía con total felicidad.

-Me los quedo.

-Necesitas espacio para cosas útiles Sarah.

-Mi mochila está casi vacía.

-Sarah, en situaciones así sólo debes cargar con lo que realmente necesitas.

-Pero...

-Lalo, ¿tú qué dices?

Lalo los miró a ambos pensativo.

-No creo que con llevarse uno haga mucha diferencia.

Volteo a ver a Sarah.

-Pero sólo uno.

Sarah no rechistó.

-La Piedra Filosofal. No puedo esperar.

-¿Nunca los habías leído?

-Sólo vi las películas y me encantaron.

-Te va a gustar más el libro.

-¿Tú has leído éstos, Lalo? ¡¿Eres fan de Harry Potter?!

-Claro. Siempre pensé en comprar una lechuza y ponerle Hedwig. Incluso con todo lo que ha pasado, lo sigo pensando.

Los tres se rieron, pero en eso escucharon un ruido de afuera.

-Vámonos de aquí, ahora.

Salieron del lugar, pero en el camino casi son vistos por un camión repleto de gente que iba pasando por el lugar. Los tres se agacharon para contemplar mejor a los extraños. No parecían saqueadores, sino soldados.

No te abandonaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora