Llegaron a Missouri cinco días después. En el camino tuvieron que cargarse a un par de infectados. Por suerte, entre dos chicos armados era fácil. Al mismo tiempo, Lalo empezó a enseñarle a Sarah técnicas de primeros auxilios y, aunque de mala gana, a disparar.
-Muy bien, ya lo tienes. Mantén los brazos firmes y extendidos, así.
-No, no pongas el dedo en el gatillo hasta que vayas a disparar. No cierres los ojos, siempre mira hacia donde vas a disparar.
-Abre el compás, no te quedes rígida o el retroceso te va a tirar. Ahora, no pierdas de vista el blanco y...
-Disparo.
La bala logró darle a la primera a una botella de cristal que los jóvenes habían puesto para practicar.
-Esto se te da bien.
-¿Tu que dices Lalo?
Lalo se quedó pensativo, pero finalmente le pasó una pistola que John había encontrado antes de conocerlos.
-Algo de tu talla por ahora.
Sarah la iba a tomar, pero Lalo la apartó.
-Sólo para emergencias.
La niña asintió y Lalo finalmente se la entregó.
-¿Recuerdas como quitarle el seguro?
-Sí.
-¿Y el cargador?
-También.
-No olvides que...
-Lalo, recuerdo todo, tranquilo. Sé hacer esto. Al menos lo básico, como tú. Creo que con eso basta.
Lalo sonrió.
-Bien. Hay que buscar donde dormir. Se está haciendo de noche.
Llegaron hasta un hotel abandonado en Jefferson City.
-Ya no trae gasolina. Mañana tendremos que salir a conseguir más.
-Descuida, hay una gasolinera no muy lejos de aquí.
Escucharon un ruido.
-¿Y eso?
-Sarah, quédate en el auto y pon el seguro.
La niña obedeció mientras los otros dos chicos revisaban el perímetro.
-¿Qué tenemos?
-Nada, jefe. Todo saqueado.
-¡Mierda!
-¡Sh! ¡Agáchate!
Lalo y John vieron a un grupo de saqueadores que estaban recolectando suministros y que parecían estar muy bien organizados y fuertemente armados. John levantó la escopeta.
-¡No! ¡¿Estás loco?!
-¿Qué otra cosa se te ocurre?
-¡Son demasiados! ¡Tenemos que volver y largarnos de aquí!
-¡Tenemos el tanque vacío, no podemos usar el auto!
-¡Saldremos a pie si es necesario, pero no podemos quedarnos aquí de ninguna forma!
-¡Oí algo por allá!
-¡Carajo! ¡Mantén la cabeza abajo y camina!
Caminaron lo más rápido que pudieron mientras los saqueadores les pisaban los talones, buscando quien había hecho el ruido. Pero lograron llegar hasta su vehículo.
-Sarah, escúchame linda. Quiero que metas todo lo que puedas cargar en esta mochila y nos sigas.
-¿Qué? ¿Y el auto?
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No te abandonaré.
FanficLalo era un chico aislado y poco social que tenía como único objetivo estudiar y ser alguien en la vida. Hasta que un día, una pandemia que convierte a las personas en una especie de zombis lo toma por sorpresa y se ve obligado a huir. En el camino...