Min Yoongi y Park Jimin son amigos y compañeros desde adolescentes pero algo más nace entre ellos de manera inevitable, un amor juvenil una pasión palpable que emanaba desde lo más pronundo de sus corazones jóvenes y de lo cual nace el fruto de ese...
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El olor a cigarrillo era lo primero que se podía percibir al entrar a la oscura y pequeña estancia. Una ventana reducida y sucia era la única entrada de poca luz.
El humo danzaba por todo el ambiente mientras aquel individuo fumaba y fumaba sin parar mientra era apuntado a la cabeza por Kitty quien mantenía una gran sonrisa en sus labios.
—Vamos Apresúrate que ya me aburrí. —Musitó moviendo el arma y dando suaves golpecitos con el cañón en la sien del hombre que temeroso fumaba sin parar. —OK basta, dámelo.
Kitty le Arrebató el cigarrillo ya un poco consumido de los labios del temeroso hombre y lo analizó le faltaba poco para consumirse por completo.
—¿Entonces? —Preguntó volviendo la vista al hombre, con una ceja alzada. —¿Dónde demonios están esos documentos?
El hombre negó con temblor recorriendo su cuerpo por completo cuando el joven de cabello rosa acercó el cigarrillo, era el décimo cigarrillo que Kitty apagaba sobre su rostro.
Los gritos de dolor no sesaron hasta que el cigarrillo se apagó por completo.
—¡Fuma! —Volvió a gritar mientras extendia otro cigarrillo y el hombre dudaba y negaba.
Kitty elevó la mano que sostenía el arma y le dio un golpe en el rostro abriéndole el labio inferior y sacandole sangre. El hombre tomó el cigarrillo y lo encendió para fumar, tenía ya su rostro bastante quemado por las veces que el Joven le había apagado los cigarrillos.
Le miró mientras fumaba con miedo era solo un chico no parecía ser mayor de 20 y ya le infundía miedo absoluto.
La puerta fue abierta y por ella entró Hoseok analizando la escena y negando cuando vio a su hermano divertirse como niño mientras torturaba al hombre que habían cogido hacia poco.
—Baby, no hablará este hombre no dirá nada ya déjalo debemos irnos al Le Fleur que hoy hay personas importantes ahí. Una estúpida despedida de soltero de hombres importantes del gobierno. Nos conviene.
Jimin asintió mientras arrebataba el cigarrillo al hombre.
—Claro que hablará Hobi dame menos de cinco minutos. —Ahora se dirigió al hombre. —Este irá directo al ojo... auch será doloroso pero necesario. —Hizo un puchero mientras movía el cigarrillo de lado a lado frente al hombre quien se estremeció.
—¡No por favor! —Rogó.
Kitty acercó el cigarrillo cerca de sus ojos lo movía de uno al otro decidiendo en cual ponerlo.
—Tú decides... ¿Quién tiene esos documentos?
El hombre negó, no podía hablar o le iría peor con su jefe.
—OK tu ganas. —El calor del cigarrillo y el humo se sintió bastante cerca en el ojo del hombre cuando comenzó a gritar.
—¡Noo noo, yo so-solo se que los robaron... se los robaron a mi jefe!