Min Yoongi y Park Jimin son amigos y compañeros desde adolescentes pero algo más nace entre ellos de manera inevitable, un amor juvenil una pasión palpable que emanaba desde lo más pronundo de sus corazones jóvenes y de lo cual nace el fruto de ese...
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Las cinco en punto habían llegado y tal y como Yoongi dijo ambos estaban ya afuera esperando la salida de Kai.
En cuanto Yoongi se acercó a la puerta la señorita que entregaba a los niños sonrió y llamó al pequeño.
Jimin de lejos observaba como todos los pequeños iban saliendo y se tiraban a los brazos de sus padres. Aquello debía ser una sensación muy bonita, pensó.
Miró como Yoonmin Kai salía con su pequeña mochila al hombro y sonreía al ver a Yoongi parado en la puerta y también se lanzaba a sus brazos.
La imagen era muy bonita que casi lo hace sonreír. Yoongi abrazó al pequeño y se arrodilló a su altura para susurrarle algo al oído. El pequeño asentía y después sonreía feliz y buscaba a Jimin con la mirada hasta que lo vio y lo Saludó con la manita de manera alegre. Después Yoongi volvió a hablarle más cosas y el pequeño volvía a asentir.
Después de unos minutos más en los que Yoongi hablaba con Kai el pequeño llegó corriendo hasta él y se tiró a sus brazos. Jimin logró sonreír ahora con más alegría en su pecho.
—Hola pequeño. —Se dejó envolver en aquel tierno abrazo.
El pequeño por alguna razón no lo soltaba es más aferraba más y más fuerte a Jimin quien no se quejó solo se dejó abrazar de aquella manera tan intensa por parte del pequeño.
Cuando finalmente lo soltó el pequeño le sonrió feliz con un par de lagrimillas en sus ojitos gatunos.
—¿Eres mi papito Jimin?
Jimin no pudo evitar boquear por un momento y su corazón palpitó tan fuerte que creyó que podía darle un ataque.
—¿Q-que dices pequeño?
Las manitas de Kai estaban sujetadas con fuerza en la chaqueta del peli-rosa y le miraba con sus ojos expectante a lo que Jimin respondería.
—Papito Yoonie dijo que tu eres mi papito Jimin ¿Es verdad?
Yoongi más allá solamente miraba ajeno a la interacción de los otros dos.
—Y-yo... yo soy. —Tuvo que soltar un jadeo para poder pasar aire por sus pulmones porque sentía que no podía respirar con normalidad. —Soy papá Jimin. —Concluyó.
De inmediato su corazón se detuvo porque temía mucho la reacción del pequeño. Era la razón más grande por la que no le había dicho aún que él era su verdadero padre. Tenía miedo de la reacción de su pequeño.
Pero los ojos grises que le devolvían la mirada se habían opacado poco debido a las pequeñas lágrimas que brotaban y eso alarmó por completo a Jimin sin embargo, la bella sonrisa tan sincera y tierna que salió de los labios de Kai dejó de mortificarlo.
—¡Lo sabía! Yo sabía que papito Jimin estaba vivo y me alegra mucho que seas tú. —Murmuró pegando su cabecita en el pecho de Jimin para abrazarlo más fuerte.