ADVERTENCIAS
Texto largo, más de lo usual.
Contenido NSFW.
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Lucerys agitó la mano para llamar a Tyshara que se encontraba a varios pasos de distancia. Al no tener una idea clara de hacía donde se dirigían, la omega no tuvo más opción que apañársela con el vestido que traía.
Podía quejarse, existía confianza suficiente entre ellos para hacerlo, pero no tomaría esa opción. Resistiría el frío y seguiría a Luke a donde fuera que quisiera ir.
Apoyarlo en sus delirios maniacos se convirtió en una prioridad.
Su prioridad.
Hacía casi una semana que Aemond se vio en la necesidad de retirarse de urgencia a Oldtown. No dio explicaciones, sólo montó a Vhagar dejando un malhumorado Lucerys en la capital.
Los días se apiñaron uno a uno, obligando al menor a distraer su mente en una peculiar serie de actividades que sorprendió a propios y extraños.
El primer día, llevó a la omega casi contra su voluntad a Dragonpit para por fin encontrarse con Arrax, por desgracia, y para molestia del menor, su dragón se hallaba lejos del recinto. Lo sacaron para atenderlo en la discreción de los peñascos en los montes en la capital. Si deseaba verlo, primero tendría que realizar una solicitud para que lo trajesen, ir hasta allá, era un viaje imposible para él.
El segundo y tercer día, pretendieron entrenar juntos. Lucerys nunca imaginó que Tyshara era poco diestra en el arte del combate, en realidad, su amiga ni siquiera podía con él peso de la espada.
Se rindió con ella.
Contra todos los pronósticos, pensó en invitar a Aegon al entrenamiento, pero no pudo ni acercársele. El omega platinado se movía tras Helaena bufando y soltando maldiciones para cualquiera que se cruzara en su camino. Prefirió no formar parte de ese selecto grupo.
En el cuarto y quinto día, intentó enseñarle a su amiga Alto Valyrio.
Inevitablemente fracasó.
Las consonantes eran tan tremendamente difíciles de pronunciar, que la omega terminó con la lengua dormida al final de cada clase.
Así llegó el sexto día.
Tyshara se incorporó junto a Lucerys abrazándose a sí misma para cubrir algo de su erizada piel. En el bosque real el frío siseaba con mayor intensidad que en los pasillos de la Red Keep.
El semblante del menor cambió abruptamente cuando se halló sobre un pedazo de tierra dos tonos más oscuros de lo común. Jack, quién había permanecido a distancia de ellos, se acercó inmediatamente como si su amo lo hubiese llamado.
Luke se agachó tomando un puño de aquella casi ennegrecida tierra llevándosela a la nariz, viró para con el beta y este asintió de inmediato. La omega trató de entender aquellas señales silenciosas que continuaron haciéndose, pero no lo logró.
—Aquí fue donde casi pierdo la vida —susurró el omega en medio de un suspiro mientras se ponía de pie. Las piezas del rompecabezas mental de la rubia por fin se colocaron en su sitio a la perfección—. Todavía puedo oler la sangre del hombre que me atacó.
El omega acercó el puño a la nariz del beta quién mostró su disgusto frunciendo el ceño. —Huele a muerte.
Aseguró sin ápice de duda.
Tyshara se encogió en su sitio dándole paso a una nueva interrogante.
¿De qué iba todo eso?
—Tuve la precaución de mencionárselo a todos. Ese hombre no era un salvaje. Recibió el mismo entrenamiento de armas que cualquier caballero común. Incluso su balanceo era parecido al de Jace.
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129 d.C |Lucemond|
FanficEl cuerpo de Lucerys no conseguía moverse, frente a él, dándole la espalda, Aemond Targaryen llevaba hacia sus labios una copa de vino. "Gracias", dijo el omega con sinceridad. "No fue para tu beneficio", respondió el matasangre. Lucerys sonrió. "L...