LA OVEJA NEGRA

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CONTENIDO+18 LIGERO.

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Dazai estaba feliz con lo que sus ojos miraban. Ryūnosuke traía un peinado de chica, ropa de chica, y en verdad era hermosa. Se sentía orgulloso de Ryū, y de Chūya al aceptarlo tal como es.

— Dazai-san, yo...

— Me alegro muchísimo por tí, Ryū. Eres la niña más bonita de tu salón de clases.

El azabache se sonrojó por el cumplido. Ningún amigo de su hermano mayor lo había tratado de manera tan dulce desde que lo vieron vestido de chica.

— Muchas gracias, Dazai-san. Chūya-nii, iré a terminar mi tarea a mi habitación.

Ryūnosuke se fue muy agradecido y feliz a su dormitorio. Al llegar ahí, quiso practicar peinados que miraba en internet, muy elegantes que podría llevar al Instituto.

— Este peinado se ve lindo, quizá le guste a Nakajima...

Dijo a sí mismo, sin darse cuenta de que su primer amigo siendo una chica ya estaba en su mente, y eso era buena señal.

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Mientras tanto, Chūya había invitado a Osamu a su habitación para mostrarle unos nuevos libros que había comprado, cuya historia a ambos les gustaba mucho.

— Espero poder comprarme mis libros pronto, Chūya. Por cierto, ¿la habitación de Ryū está lejos de aquí?

Preguntó curioso, observando a detalle los muebles del dormitorio y sentándose en la orilla de la cama.

— Está por allá. ¿Por qué la pregunta? ¿Crees que a Ryūnosuke o a mí nos da miedo dormir tan lejos? Te equivocas. A nosotros no...

Dazai lo interrumpió con un inesperado beso en los labios que iba de tierno a apasionado, mientras que lo hacía recostarse lentamente y desabrochaba los botones de la camiseta del pelirrojo.

— O-Oye... Aléjate ahora mismo o terminaré cediendo. Ryū está en la casa...

Se quejaba Chūya, tratando de empujar al castaño con sus piernas, pero Dazai ya estaba sobre él, dando besos y ligeros chupetes a su cuello.

— Cerré bien la puerta. Sé que quieres hacerlo, Chūya. Tu chibi cosita está abultada también.

El sonrojo de Chūya era cada vez mayor al igual que la frecuencia de sus latidos. En verdad lo estaba disfrutando. Se dejó llevar por la calentura del momento y fue penetrado por Dazai. No podían evitar hacer un poco de ruido por más que lo intentaban, pero habría que estar detrás de la puerta para escuchar con claridad.

— S-Si los hombres nos pudiéramos embarazar, ya me hubieras dejado preñado, idiota. ¡Te vaciaste! ¡Acuérdate que tengo novia, imbécil!

— Calma, Chūya, sólo sigue disfrutando. Me agrada oír tus gemidos. Son tan placenteros que me harán enloquecer.

Dazai dió inicio a una siguiente ronda que ambos disfrutaban, sin darse cuenta de que Ryū iba a preguntar algo a su hermano a la habitación, se quedó detrás de la puerta, e iba a regresar a su dormitorio cuando escuchó la llegada de Lucy a la casa.

— C-Chūya-nii... Lucy-san acaba de llegar. ¿Abro la puerta principal?

Se atrevió a decir. Dazai y Chūya quedaron en shock desde el interior de la habitación.

— H-Hazla pasar, Ryū. D-Dile que enseguida voy, y por ningún motivo menciones que estábamos en la habitación.

Contestó desde adentro. Debían vestirse rápidamente y hacer algo para que nadie notara lo que estuvieron haciendo en secreto.

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Minutos más tarde, Dazai salió por la ventana de la habitación de Ryū, dirigiéndose a su casa, mientras que Chūya enfrentaba a Lucy.

— Chūya, ¿te estabas dando un baño? Tardaste varios minutos en salir.

— Sí... Digo, no... Andaba un poco ocupado. No me dijiste que vendrías hoy...

— No veo porqué debería avisar. Soy tu futura esposa, Chūya, y la futura madre de tus hijos.

En ese momento, Lucy se percató mejor de la vestimenta y peinado del azabache. Sonrió.

— ¿Por qué tu hermano se viste de mujer? Es raro. Por más que quiera parecerse a una, él jamás dejará de ser un hombre. Es ridículo. ¿Por qué no le has dicho nada, Chūya? ¿En verdad no sientes vergüenza de que todos en el Instituto sepan que es tu hermano?

El pelirrojo se estaba enojando, pero debía ser tolerante con Lucy, después de todo era su novia y se suponía que se amaban, o eso creía hasta que empezó a compararla con Dazai en muchos aspectos.

— Es su cuerpo, es su decisión. Ryū tiene catorce años y yo la apoyo en lo que ella necesite.

Cómo buen hermano mayor que era, se acercó al azabache y lo abrazó, consolándolo de las ciruelas palabras que la pelirroja le estaba diciendo.

— "¿Ella?" Que extraño. Un niño que quiere convertirse en una niña. Tu hermano es un fenómeno. Lo único que me alegra es saber que Ryūnosuke no irá con nosotros cuando nos casemos en el futuro.

— Nadie se va a casar, Lucy. Terminamos. No voy a permitir que hagas llorar a mi hermanita con tus comentarios. Por favor, sal de mi casa ahora y no vuelvas a buscarme.

Al irse Lucy...

— Chūya-nii, ¿Qué hacías con Dazai-san en la habitación?

— ¿Eh? Pues... Estábamos practicando... ¡Karate! Requiere de mucha fuerza.

— Ohh. Nii-san, ¿y es verdad que los hombres no pueden embarazarse?

— ¡¿Ah?! Lo es...

— Si te casas con Dazai-san, ¿no tendrán bebés?

— Ryū, por favor. No voy a casarme ni con Lucy ni con Dazai. Soy muy joven todavía. Lo único que quiero es estar contigo para poder cuidarte y quererte mucho. ¿Está bien?

— Te quiero mucho, Nii-san.