𝐈𝐧𝐬𝐨𝐦𝐧𝐢𝐨²

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No aguanto más al hombre perverso que me persigue entre noche y noche. Viene, me toma de la mano y da vueltas por mis recuerdos, obligándome a hacerlas con él. Me lleva a vergüenzas y miedos, y la respiración se atraganta en mi pecho.

Duele pensar en cosas del pasado que me meten en un espiral, hacen que no pueda dejar de pensar en que habría podido cambiar y en la cantidad de cosas que hubiese podido evitar.

Pero no se cansa de hacerme imaginar, arrastrándome a memorias del pasado, porque mientras tanto en la vida real, pasa el tiempo: minutos y horas perdidas de sueño en un vicio que ni siquiera puedo controlar.

Ad sanandumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora