*dos semana después de adoptar a Tenko*
Pov' Azula Mills (storybook / mansión Mills)Cuando despertó, takeo estaba encima de su cabeza mirándola fijamente.
-. Hola - dijo todavía adormilada - puedes quitarte, por favor.
El pequeño Tenko la miro un poco más y se apartó, claro, no sin antes lamer su cara.
Se volvió una costumbre despertar así, con Tenko encima de ella y de igual manera el irse a dormir con él en sus brazos. Era lindo despertar así.
Tenko era muy protector y no la dejaba sola para nada, incluso cuando se bañaba él estaba ahí y en ocasiones también se bañaban junto.
El pequeño se tomaba muy en serio el cuidado de la joven maestro, así como ella con el cuidado del felino.
La relación de ambos era muy tierna, cualquier que los viera se daba cuenta.
El felino la miraba mientras ella se terminaba de despertar.
Azula tenía ganas de salir, quería despejarse un poco fuera de la mansión. En todo este tiempo solo ha ido a tres lugares seguidos, la alcaldía, el restaurante y el Supermercado.
Aunque era cierto que no le molestaba trabajo con Gina, es más le encantaba, ya que era lo único que la mantenía ocupaba, gracias a qué todavía estaba débil y algo desnuda (Gina se enteró de mala manera y todo gracias a un desmayo de Azula, lo que le hizo hervir la sangre de gina de rabia e hizo que odiar aún más a la familia biológica de azu, el pobre de Tenko casi le da un infarto gatuno) como para reanudar su entrenamiento.
Quizás ir al parque y leer uno de los libros que Gina le dio que tratan sobre este mundo, la entretenida un poco.
¿Qué podría pasar?.
Tomó un baño, con agua fría, lavó su cabello con su nuevo champú de manzana (si manzanas) y miró su cuerpo. Hizo una mueca al ver su cuerpo en el espejo dentro de la regadera.
Cicatrices.
Había muchas cicatrices en todo su cuerpo, en sus muñecas, sus muslos, una en su cuello, otras en sus tobillos y las últimas estaban en su brazo, cerca de la unión con su antebrazo.
Tan solo recordar cómo se las hicieron, le provocó un escalofrío, por mucho que quisiera ocultarlo, la verdad le daban ganas de llorar al verlas.
Pues claro, era una niña que fue torturada en un supuesto intento de ayudarla a sanar.
Algunas veces todavía tenía pesadillas con lo que sucedió en el manicomio, aunque siempre que las tenía Regina y takeo estaban con ella, para consolarla y ayudarla a no incendiar nada por accidente.
Aún recordaba vívidamente qué fue lo que ocasionó cada cicatriz, como las que estaban en su cuello, muñecas y tobillos.
Correas y grilletes.
Sip correas, las correas de las camillas de fuerza en las que la amarraban más específicamente, cada que la metían a terapia de electroshock, o algo por el estilo la amarraban en extremo fuerte contra la camilla y los grilletes pequeños que no le quedaron para mantenerla en su celda, la misma ficción provocó que se cortarán gravemente en más de una ocasión .
Mientras que las otras que se encontraban en sus muslos y antebrazos, fueron por culpa de las sangrías, ¿a quien carajo se le ocurre que era buena idea dejar que una persona se desangrara para curarla?!!!!, que una persona se de sangre!!!!!, como si eso fuera ayudar.
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EL REFLEJO DE LA REINA
De TodoRegina necesita un hijo que no la juzgue por su pasado oscuro y que esté dispuesto a amarla y trate que no se vuelva hundir en la oscuridad. Azula necesita unos padres que la quieran y la amén que no la vean como una monstruo o una arma desechable n...