Los besos se prolongaron robándoles el aliento y haciendo que su cabeza diera vueltas, con agilidad levanto a Elena para intercambiar lugares y sentarla a horcajadas sobre él. La visión de la chica para este momento era clara y decidida, lo haría, lo deseaba, aunque pasaran un millón de cosas, estaba segura de que no se arrepentiría. No lo haría.
Las manos de Tadeo entraban debajo de aquel vestido la voz de Elena se quebraba con ligeros quejidos recorrió su piel con fiereza, aferrándose a ella, mordiendo su cuello marcando el rimo de su roce con las manos en su trasero. Y entonces el deseo de sentirla le rebaso, girándose sobre ella en aquel sofá que parecía no contenerlos la tumbo para poder estar sobre ella, Elena le quitaba la camisa y Tadeo arrojaba el vestido al suelo, su piel olía a verano, beso su cuello marcando el camino a su escote, tomo sus pechos con ambas manos sintiendo como se estremecía al tacto estaba listo para sentirla, quería tenerla. Cuando deslizo sus dedos por la orilla de sus pliegues un movimiento involuntario le sorprendió, Elena parecía asustada, volvió a pasar lentamente sus dedos, mirando su expresión y pudo darse cuenta como se tensaba apretando los ojos.
¿No lo deseaba?
¿Estaba arrepentida?
-¿Qué sucede? ¿Por qué tienes miedo?- susurro regresando sus manos a sus pechos en busca de una respuesta
-Yo... es solo que yo...- decirle o no decirle la verdad, ese era el dilema
No quería darle importancia al asunto, no es como si se hubiera guardado por gusto, quizá al principio buscaba al hombre perfecto, pero a medida que creció simplemente se le fue pasando el tiempo y tampoco hizo mucho escándalo por ello.
-Está bien si no me deseas, o quizá-
-¿Estas idiota? Es obvio que te deseo, pero la verdad es que no tengo mucha experiencia en esto bien... eso es lo que pasa-
-¿Clayton y tú no?-
-¿Qué?- y de un empujón lo reincorporo en el sillón
-Yo solo pensé que cada vez que se perdían por ahí, tu sabes- y el gesto de Elena era oro puro- obviamente estaba celoso, ardía de celos, pero la verdad es que cara para poder reclamarte algo no tenía- paso su mano por su cabello notando como aquella erección no sabía exactamente que hacer
-¿Nunca vas a dejar de compararme con tus horrendos estándares personales o sí?- le reclamo un tanto molesta
-No te estoy reclamando nada, está bien si lo hicieron, o si estuviste con alguien más, yo... yo-
-¡MALDITA SEA TADEO SOY VIRGEN!-
Si Elena hubiera tenido una cámara a la mano desearía tener la fotografía de la cara de Tadeo en ese momento. Al instante se hizo a un lado recorriéndola de pies a cabeza, cubrió su boca y luego volvió a verla, con el gesto más nervioso que vio nunca.
-¿Estas segura?-
-Hay Tadeo, por Dios- tomo un almohadón para cubrir su poca ropa intentando no reírse
-¿Tuviste novios no?-
-No tanto, ósea, novios de secundaria, y mi único novio "Real" fue Clayton- y su mirada de ¿Y luego?- no se hizo esperar- No me sentía lista, decidimos esperar un poco, pero después pues todo se terminó prolongando, luego las cosas en casa estuvieron mal, no tenía cabeza para nada, y un día me case contigo con 22 años, así que... -
-¿Estás jugando conmigo no?-
-Hay no, no puedo contigo animalejo, me voy a la cama- y molesta levanto su vestido del suelo para ir escaleras arriba
-Esquer no lo entiendo, ¿Por qué no me lo dijiste antes?- le siguió escaleras arriba sintiéndose la peor escoria de la tierra
-No voy a decir mis motivos, porque bien los sabes y no me quiero enfadar, porque si me enfado voy a recordar todas las porquerías que me hiciste este año y se me van a borrar todas las palabras bonitas que acabas de decirme-
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La Herradura
RomanceTadeo deberá responder a aquella familia que siempre le dio la mano a él y a sus hermanas, ante la desgracia y la perdida deberá salvar a quienes les cuidaron para continuar con el legado de su familia. No tenia opción, era Elena o nadie, pensó que...