Día 7: Ronroneo alfa

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—Vaya mierda de desastre, ahora recuerdo la razón por la cual nos fuimos en primer lugar.

La primera parada de los viajeros fue en el pueblo central donde todo seguía tal cual como aquel día, aunque podía notarse que la iglesia donde residía el profeta estaba desarmándose, ya que ni la mitad de esta se encontraba en pie.

—Venga, Noni, tenemos que ir al pueblo naranja a dejar las cosas.

—Sí, jefe.

Apenas atravesaron el portal vinieron a los dos bastantes recuerdos con sus amigos y las aventuras que vivieron en aquel lugar, pero todo parecía tan lúgubre.

—Chicos, creí que no vendrían.

Zorman apareció en ese momento con una pequeña sonrisa y con su típico traje de científico, con la diferencia de que este era de un color diferente, ya no era blanco, ahora era azul con algunos toques rojizos como el traje de Juan, pero algo peculiar fue el verde oscuro situado en unas pulseras que utilizaba. Eso gritaba Drako en todo su esplendor.

—Amigo ¿Cómo has estado? —Tanizen se acercó hacia el beta para abrazarlo, este correspondió y Noni se unió a ellos notando como Zorman se debilitaba.

Cuando todos se separaron, Zorman intentaba cubrirse los ojos, sabían que era algo difícil en especial para él.

—Me sigo acostumbrando a todo esto, he intentado reconstruir el santuario, pero se me complica diariamente. Ya saben que eso no es lo mío.

—Usted siempre ha sido de matemáticas, no es extraño.

— ¿Qué hay de ustedes? Creí que ustedes se quedarían un tiempo más acá. Pol me contó que se fueron de luna de miel, lo cual no creí para nada. Hasta el vikingo ha salido con esa broma.

—No es una broma. Noni y yo estamos juntos.

Era bien sabido que Tanizen jamás ocultaba las situaciones que vivía y que era directo para decir las cosas, pero Noni era un caso bastante diferente. Tanto el hibrido como el científico permanecieron en silencio, uno bastante incómodo.

— ¿Juntos? ¿Son pareja o algo así...?

—Eso, hombre, somos una pareja. Decidimos darnos una oportunidad y ya dejar de perder tiempo, Noni es importante para mí y no pienso perderlo.

—Tani... —Noni se había acercado al alfa tomándolo del brazo y los dos miraban a Zorman, quien parecía perdido en sus pensamientos.

—Me alegro de que ustedes sean felices juntos, de verdad. Yo... Debo marcharme ya, chicos, si necesitan algo vengan al santuario. Nos vemos.

En cuanto el científico se marchó Noni soltó un suspiro e iba a regañar a Tanizen, pero este permanecía con los ojos cerrados bastante cerca de él y entonces escuchó un ruido bastante extraño, algo parecido a un ronroneo que le hizo creer que había algún gato cerca, pero cuando se dio cuenta se fijó mejor en la reacción del rubio el que seguía acercándose hasta que sus cabezas quedaron apoyadas contra la otra. Noni acariciaba el brazo de Tanizen y el gesto de relajación le hizo sonreír, su mano tocó la mejilla del alfa y toda intención de corregirlo desapareció con tal de escuchar más de ese ronroneo.

Desde lejos, Zorman veía a la pareja y la calma que Noni le entregaba a Tanizen a través de caricias, estaba seguro de que el aroma de los dos lo alcanzaría en cualquier momento. Fue débil al escuchar las palabras de Tanizen porque sabía que, de cierto modo, su propia cobardía lo alejó de Drako.

Todavía recordaba la vez en que Juan apareció diciendo que Drako y él estaban casados en otra dimensión, que incluso hasta tenían una hija.

—Tal vez sólo en esa realidad pude decirte lo que sentía por ti, Drako.

Omegacember﹙NONIZEN﹚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora