Diecisiete pasos, una caída.
Nos encontrábamos caminando por las calles del pueblo intentando llegar al bosque sin ser vistos, ya que necesitábamos ir y planificar cómo resolveríamos toda esta situación que nos estaba sucediendo.
Estaba asustada, mis piernas temblaban y tenía un nudo en la garganta, era como si todo lo que pasaba me superara. No me sentía yo misma, me sentía como una niña pequeña y asustadiza que debe refugiarse constantemente bajo sus sabanas.
Miré a mi alrededor y sujeté las manos de mis amigos mientras corríamos como locos, íbamos tan rápido que si nos caíamos no nos sorprendería en lo absoluto.
Elías iba en la esquina sujetando a Júpiter porque mis manos temblaban tanto que si intentaba sujetarlo seguramente caería al suelo.
Corrimos desesperados intentando llegar al viejo pino para refugiarnos en él, porque todos necesitábamos estar a salvo, necesitábamos estar bien para que así el mundo pudiera estarlo luego.
—¡Ya estamos cerca!— Anuncié cuando divisé al viejo pino.— ¡Vamos, chicos!
Mientras corríamos nos percatamos de que una tormenta comenzó a azotar todo a su paso, todo parecía moverse con ella.
Si antes estaba asustada ahora había perdido las esperanzas ¿por qué siempre me ocurren estas cosas a mi? ¿Por qué todo tiene que complicarse tanto? ¿Es todo esto mi culpa?
Mis piernas temblaban sin parar, sentía a mi cuerpo estremecerse una y otra vez. Sin embargo intentaba correr, intentaba no detenerme pero ya no podía, no podía correr más.
Los árboles se removían con una magnitud abrupta y todos temíamos que nos cayeran encima, se escuchaban crujidos y pronto vi cómo árboles comenzaron a caerse, y todos apresuramos mucho más el paso intentando llegar a salvo.
—Si no nos matan los soldados, lo harán los árboles.— Se lamento Lyam.
-¡Solo sigan corriendo y no desvíen su mirada!— Grité y sujete con fuerza las manos de los que corrían a mi lado.
Corrimos y corrimos sin descanso hasta que logramos llegar a nuestro destino, el pino se removía de un lado a otro con fuerza y se oía cómo crujía.
—¡Se va a caer!— Chilló Aria.
—No lo hará.— Dije con seguridad.
—¿Como estás tan segura?— Chilló ahora Logan.
—Porque los pinos son muy resistentes, si fuera a caerse ya lo hubiese hecho.— aseguré.— Estaremos a salvo.— prometí y sin darles chance conté diecisiete pasos antes de de dar tres toques en el viejo pino, y como era de esperarse, al igual que hace unas horas todo el suelo comenzó a temblar y se abrió provocando una caída de nuestra parte que nos llevó rumbo a la cueva.
Íbamos avanzando hasta llegar exactamente al mismo lugar que me hizo descender en la mañana, y en cuanto estuvimos lo bastante lejos de la superficie nos detuvimos.
Conté que estuviésemos todos y respire hondo al ver que estábamos a salvo, al ver que por lo menos tendríamos unas horas de tranquilidad. Este día había sido horrible, todo a mi Alrededor se estaba derrumbando de golpe y yo me sentía horrible, sentía que pronto todo saldría mal.
—¿Que haremos?— Pregunté.
—Creí que serias tú quien diría las instrucciones.— Bufó Set.
—¿Y como por qué tengo que hacerlo yo?
—Porque tú eres quien debe despertar.— Aseguró Tyler.
—Y por lo mismo deberíamos planificarlo entre todos y no ella sola.— Dijo Elías en tono serio.
—Por cierto, ¿de que hablabas tú con mi hermanita hoy?— Samuel parecía estar serio.— Porque de verdad que quiero saberlo.
Yo me sonrojé al mirar que todos asentían en acuerdo con el, y me sonrojé mucho más en cuanto sentí la mano de Elías tocar la mía y sentí un remolino intenso en mi estomago en cuanto comenzó a hablar. Si esto no es estar enamorada, pues entonces jamás sabré que lo es.
—Le pedí a Stella que se casara conmigo.— Soltó y todos se quedaron paralizados por un instante hasta que Melody soltó un chillido y corrió a abrazarnos con fuerza.
—¡Felicidades! ¡Serán los esposos más tiernos que haya visto nunca!— Gritó mientras nos seguía aprisionando entre sus brazos.
—Si que lo serán.— Aseguró Aria quien se había unido al abrazó.— Solo mira los sonrojados que están ambos.— Soltó una risotada.
Luego de eso todo fueron abrazos y felicitaciones, se sentía tan bien poder contar con gente que te amaba y saber que estaban orgullosos de las decisiones que tomaba.
Sentí un pinchazo de dolor en el pecho porque hiciera lo que hiciera jamás podría compartir este momento con mamá, porque jamás volvería a verla, jamás volvería a sentir uno de sus abrazos asfixiantes, y mucho menos recibir alguno de sus regaños, jamás sabré porque eligió cambiar mi nombre y no dejarlo como los humanos querían que me llamara "Nadie", jamás sabría porque Bronsfer era el nombre del pueblo, jamás podría mostrarme como mi verdadero yo frente a ella, y mucho menos apreciaría nunca más alguna de sus sonrisas.
Si alguien me hubiera dicho que todo esto me estaría pasando en un mismo día, sin duda alguna lo habría tildado de loco, pero ahora no estaba segura de si la locura realmente existía, ya no estaba segura de absolutamente nada. Solo tenia claro que no quería no volver a ver a mamá, pero eso era algo que ya no podría cambiar porque jamás volvería a verla.
Gruesas lágrimas corrían por mis mejillas y descendían hasta que caían en mi cuello, estaba sudando frío y el pánico seguía invadiendo cada fibra de mi cuerpo.
No puedo mentalizarme en una vida en la que mamá no forme parte de ella, y mucho menos puedo mirarme en un futuro en el que sabré que no pude hacer nada para que ella viviera. Ella no merecía lo que le había sucedido, no merecería morir a manos de quienes había tendido su mano para ayudarlos. Fue engañada vilmente por su misma especie, y hasta el final de su vida creyó en ellos, y por esto mismo en mi solo aumentaban las ganas de poder cambiar todo esto.
—Prometo que haré esto por ti, prometo que no descansaré hasta que pueda vengarte, mamá.— Susurré por lo bajo.— Gracias por amarme durante tantos años, y perdóname por no poder evitar que te hicieran esto. Lograré que tu memoria no muera en vano.— Lágrimas desbordaban de mi sin descanso mientras hablaba con todo el dolor y la furia de mi interior.— Esto no se quedará así.
Subí la mirada y limpié mis lágrimas, mucho más decidida en lo que haría a partir de ahora. Ya no había vuelta atrás, y aunque luego de esta decisión todo se complicaría más, yo estaba más que dispuesta a enfrentarlo todo, y a luchar hasta que mi cometido haya sido logrado.
—Esto es lo que haremos...— solté mientras apreté los ojos. Canalicé bien todas mis ideas y luego simplemente abrí mis ojos dispuesta a soltar todo lo que tenía en mente.
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La máscara del esqueleto.
FantasyEstaba en el baile, al igual que todos en el pueblo. Pero alguien había que no conocía. Una máscara de porcelana y diamantes cubre su rostro. ¿Quién será aquella chica? ¿Alguien la conoce? Solo se sabe que con vestimenta elegante y hermoso andar...