Capitulo 15

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  Quince almas sin vida.

Abrí mis ojos un tanto confundida, se suponía que justo ahora debería estar viendo la luz al final del túnel, o las mariposas que me guiarán rumbo al más allá. Lo único que realmente ví fue que mi cuerpo se encontraba acostado en una tina.

¿Me estaba bañando? Tal parece que a los muertos se les baña antes de llegar a su descanso eterno.

—No estás muerta.— Me dijo una voz a mis espaldas.—Pensaste en voz alta.— Me volvió a decir.

Giré mi rostro y me encontré con la mirada de Aria, quien me estaba dando una mirada triste.

—¿Todo fue una pesadilla?— Pregunté bajito.

Ella negó con la cabeza y dio algunos pasos hasta que estuvo de pie a mi lado.

—Nuestra conexión contigo nos hizo sentir que algo andaba mal, nos advirtió que estabas muriendo y Elías se volvió loco. Estaba desesperado por encontrarte pero no te veíamos por ningún lado del pueblo, todos estábamos en la plaza mirando...— No continuo porque las lágrimas rodaban por sus mejillas.— Fue horrible, Stella. Ellos mataron a nuestras madres en la plaza, les dispararon tantas veces y no pudimos salvarlas, porque...

—Sintieron que yo estaba muriendo.— Dije por ella.

Asintió con la cabeza y me miró.

—Nuestras madres también lo sintieron ¿Sabes? Cuando los soldados se fueron al bosque ellas lograron decirnos algo. Lograron advertirnos que tu estabas en un verdadero peligro, y que solo nosotros podíamos salvarte.

Me sentí muy mal al ver que ellos también habían visto morir a sus madres, pero ellos no habían podido salvarlas por buscarme a mi, yo en cambio no salvé a la mía porque salvé a mi hermano.

—Luego de buscarte desesperadamente por cada lugar en el pueblo, llegamos a tu casa, y vimos a un chico acostado en el sofá durmiendo profundamente.— Dijo seria.— Pese a tener el uniforme del ejército lo reconocimos como el encubierto, tú hermano.— Sonrió tristemente.— Supimos que tú también estabas aquí, así que corrimos escaleras arriba y miramos como Melody intentaba revivirte sin poder conseguirlo. Estabas muerta, Stella, y nosotros no podíamos permitirnos perderte.

Ella estaba llorando y yo también, ambas teníamos nuestros rostros empapados de lágrimas de dolor y cansancio en ellas.

—Elías estaba muy desesperado, y comenzó a buscar mil y una solución para que tú volvieras a la vida, y lo consiguió. Literalmente te cargo y te acostó en el suelo, luego todos pusimos una de nuestras manos sobre ti. Fue una sensación extraña porque era como si drenáramos nuestra energía, sentía como poco a poco yo iba perdiendo fuerzas, y no lo resistí.— Agacha la mirada avergonzada.— Hubo un instante en el que separé mi mano porque sentía como mi cuerpo se desvanecía, luego Logan soltó su mano, y Tyler, a este le siguió Set, y a este Lyam. El único que nunca te soltó fue Elías, el comenzó a llorar sangre, Stella. Y todos nos asustamos pero nos asustamos mucho más cuando su cuerpo se desplomó sobre el tuyo.— Aria lloraba sin descanso.— Pensamos que los habíamos perdido a ambos, y no podíamos lidiar con ello.

—¿Donde está Elías?— pregunté entre sollozos.— Dime que está bien, por favor.— Supliqué intentando levantarme pero mi cuerpo estaba demasiado débil como para permitírmelo.

—Justo ahora, él se encuentra dormido en tu cama, Stella. Solo se desmayó por el dolor, pero estará bien, todos estaremos bien.— Dijo, logrando calmarme un poco.

—Siento mucho lo que ocurrió hoy, Aria.—Susurro por lo bajo.— Es mi culpa que no pudieran salvarlas, lo siento.

—Nada de esto es tu culpa, amiga. Te volveríamos a salvar una y mil veces más de ser necesario.—Ella sobo mi cabello.— También siento mucho lo de tu madre.— Ambas agáchamos la mirada, porque lad dos sabíamos que nada sé encontraba bien justo ahora.—Es hora de sacarte de la bañera.— Me dijo mientras tomaba mi mano y me ayudaba a ponerme de pie, luego me tendió una toalla y me guió hasta un banquillo en el que se encontraban unas prendas de ropa.

Luego de vestirme me llevó hasta mi habitación y me ayudó a acostarme junto a Elías.

—Descansa un rato, vendré ahora por ti.— Me dijo antes de salir de la habitación.

Intenté cerrar mis ojos pero no lo lograba, intenté dormirme con todas mis fuerzas pero no funcionaba porque ya las lágrimas estaban cayendo nuevamente desesperadas por todo mi rostro.

Sentí como la mano de Elías acariciaba mis mejillas mientras limpiaba cada una de mis lágrimas. Intenté hablar pero no podía y el solo acercó mi cuerpo al suyo y me abrazó con fuerza.

—Pensé que te perdería... No me dejes nunca, por favor.— Susurró contra mi cabello.— Yo te amo, Stella.

Lloré con mucha más intensidad porque yo también lo amaba a él, yo tampoco toleraría vivir una vida en la que él no estuviera conmigo pero no soportaba saber que él había dejado a su madre por venir a salvarme a mi.

—Yo también te amo, Elías.— Logré susurrar.— Pero me siento muy culpable.

—Nada de esto es tu culpa, jamás puede ser culpa de la víctima las consecuencias de los actos del agresor.— Siguió susurrando.— Pero, te prometo que solucionaremos esto, en honor a ellas salvaremos a cada ser mágico, salvaremos a todos.— Luego de decir aquello besó suavemente mi cabello y siguió acariciando mis mejillas.

Asentí en acuerdo, porque ahora más que nunca estaba segura de que no descansaría hasta salvar a cada persona, hasta convertir al mundo en un lugar en el que todos pudiéramos habitar sin dañar al otro.

Miré a Elías y con todo el dolor del mundo le pregunté:

—¿Cuantos de nosotros murieron hoy?

—Con tú madre, quince. — Dijo bajito, como temiendo a mi reacción.

Yo asentí y lo acerqué más a mí con un miedo inimaginable de perderlo, y es que no podría soportar perder a alguien más.

—Todo marchará bien, lo lograremos.— Me dice intentando hacerme sentir mejor.

—Lo lograremos.— Repetí segura de mis palabras, porque ya no descansaría hasta que el mundo pudiera ser un lugar seguro.

Y eso se convirtió en una promesa que no rompería jamás.

La máscara del esqueleto. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora