Capitulo 21

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Veintiún segundos de descanso.

Al llegar al baile sentí una extraña energía recorrerme el cuerpo entero, como si algo dentro de mi se removiera sin descanso. Era una sensación muy desagradable que no me dejaba estar tranquila, y esta sensación empeoró en el momento exacto en el que algo impactó contra mi cuerpo.

—¿Que rayos...—No pude terminar de hablar porque no había absolutamente nadie a mi alrededor. En ese instante sentí mucho miedo, y luego ese miedo se convirtió en pánico porque todo a mi alrededor se volvió negro.

¿Que estaba sucediendo?

Escuchaba gritos y lamentos a mi alrededor, pero no veía nada, ya que todo lo que antes estaba a mi alrededor ya no existía. ¿Dónde estaban todos? ¿Qué acaso no estaba en el baile segundos atrás? Si tuve veintiún segundos de descanso estaría exagerando, porque no recuerdo haber sentido tanto miedo en toda mi vida.

—Stella, no sabes lo que estás haciendo...— decía una voz ronca a mi alrededor.— Desafiar a un imperio solo por un capricho no es bueno.

—¿Capricho?— Solté con desdén. Esa voz me parecía irritante.— ¿Qué acaso crees que yo pedí esto? ¿Que deseaba ver morir a mi mamá y que todas las brujas dependieran de mi? ¡Si ayer me hubiesen dicho que hoy me ocurriría todo esto me habría reído en su cara! ¡Ni siquiera se quien diablos eres, y mucho menos que tengo que hacer!

Escuché una risa ronca que en lugar de darme gracia solo hizo que mi cuerpo entero se estremeciera de miedo. ¿Quién era el portador de aquella voz?

—Yo que tú no me preocuparía por saber quien soy, sino en despertar y evitar que algo malo ocurra.—Soltó con gracia.— Pero ya que estás tan desesperada por saber mi identidad te dire algo: soy el encargado de hacerte ver y sentir lo que ocurrirá si tú fracasas.— Luego de sus palabras sentí como mi cuerpo se desvanecía y un fuerte olor llenó mis fosas nasales. Era un olor que lastimosamente ya reconocía a la perfección.

—Sangre...— murmuré mientras tapaba mi nariz con mis manos, pero al sentir la viscosidad en ellas las aparte de golpe. Yo era la que emanaba aquel horrible olor.

Luego todo mi cuerpo comenzó a doler y a temblar, pasé ambas manos ensangrentadas por mi cuerpo intentando ver si encontraba más heridas, y me sorprendí al no sentir ropa cubriéndome. ¿Estaba desnuda? ¿Que acaso no tenía un vestido rojo?

—¿Justo ahora te preocupas por estar desnuda? Eres increíble.— Dice la voz desagradable.

—Tengo frío.— Dije titiritando.— Me duele mucho el cuerpo...—Mis palabras quedaron ahogadas en un jadeo al sentir algo metálico traspasar mi cuerpo. Automáticamente mis manos viajaron a mi abdomen en donde sentí el filó de una espada, una espada que acababa de traspasarme. Comencé a llorar de dolor y de miedo y luego todo mi cuerpo comenzó a temblar con más vehemencia.

Ojalá todo hubiese terminado ahí, pero no fue así porque luego sentí unas manos sujetarme con fuerza y después de eso sentí como ataban mi delgaducho cuerpo con una soga. El problema era que no veía a nadie, porque yo estaba sola.

Sentí el calor recorrer mi cuerpo y pensé que todo terminaría pronto, pero toda ilusión se esfumó de mi ser en el momento en el que por fin logré visualizar algo. Fuego, había fuego, y yo estaba siendo llevada a él.

No podía hacer nada para evitar lo que estaba por ocurrir, así que sin protestar dejé que las manos invisibles me llevaran hasta la fogata que había en medio de un claro. Me ataron en ella y pronto el fuego comenzó a quemar cada fibra de mi cuerpo.

Era espeluznante, sentía el fuego quemar mi piel y no podía ni moverme. Tuve que estar quieta mientras sentía como mi cuerpo se calcinaba lentamente. ¿Estaba muriendo? ¿Así sería mi muerte? ¡Yo no quería morir!

Lloraba desesperadamente por poder salir de en medio de aquella llama imparable, pero mis lamentos aumentaron en cuanto escuché su voz llamarme con fiereza.

—¡Stella!— gritaba una y otra vez. Y mi miedo aumento en cuanto vi cómo lo arrojaban al fuego a mi lado.

—¡Elías!— Grité entre sollozos.— ¡Sáquenlo!— gritaba entre súplicas. Una cosa era que yo muriera así, pero ver a Elías siendo quemado me llenada de odio y dolor. Su cuerpo se veía rojo por la inmensidad del fuego que lo abrazaba, y yo solo podía llorar con todas mis fuerzas.

Sentí como mi cuerpo perdía el aliento y luego todo volvió a convertirse en oscuridad.

—¡Stella!— Escuché los gritos de Elías.— ¡Stella, despierta!

Abrí lentamente los ojos y me sorprendí al ver que estaba nuevamente en el baile y que aún tenía mi vestido rojo.

—¿Qué sucedió?— Pregunté aturdida.

—¡Te desmayaste!— Me gritó Aria. Ella gritaba cuando estaba asustada.— Pensé que algo te había ocurrido, pero luego dije: debe estar a punto de despertar, y luego recordé que al despertar no se llora a gritos, y volví a asustarme.— Hablaba tan rápido que apenas y la entendía.

—Nos has dado un susto inmenso.— Murmuro Logan entre sollozos.

—¿A ti que te ocurrió?— Le pregunté con duda.

—De alguna forma el vió todo lo que te ocurrió.— Dijo Elías.

—¿Cómo que vió todo? ¿Tú eras el de la voz desagradable?

—¡No!— Me gritó Logan quien aún no dejaba de llorar.— Antes de que tu cuerpo impactara con el suelo sujetaste mi mano y de alguna forma extraña me arrastraste contigo.

—Tienes mucho más poder del que te imaginas...— Dijo Lyam con cara de asombro.

—¿Te sorprende? ¡Es la hija de Luna y Sol!— Chilló Set con nerviosismo.— Pero aún con todo el poder que tiene no ha podido evitar muchas cosas y si nuestro plan falla todos moriremos.— Siguió hablando.— Yo no puedo verlos morir a ustedes...

—Nadie verá morir a nadie porque el plan si va a funcionar.— Dijo Tyler con firmeza.

Yo asentí en acuerdo con él y luego los atraje a todos a mi lado. Nos abrazamos con cariño y entre sollozos les juré que todo saldría bien.

El problema era que ya no estaba segura de que aquello sería cierto.

La máscara del esqueleto. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora