2. Mafia

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—¿Entonces cómo fue?—Hwang se subía al veahiculo negro en camino a su negocio.

—Creo que fui lo suficientemente convincente. Christopher ¿Algún inconveniente mientras no estuve?

—Ninguno—Christopher Bang era uno de los dos guardaespaldas principales de Hyunjin. De cabello platinado y cuerpo fornido— Todo sigue en orden en la casa desde que usted y Su primo Jisung permanecían afuera.

—Perfecto.

—¿Y qué pasa si no eres el elegido?—Han preguntó.

—Esto es igual de simple que ganar un trofeo de una carrera, o te inscribes a la carrera y la superas antes que el resto, o robas el trofeo.

—El príncipe es el trofeo—Supuso.

—Exactamente.

Hwang Hyunjin no era rey de sanguehok, ni siquiera existía Sanguehok. Si no que se dedicaba a algo un poco más sombrío que eso. Bueno, bastante ¿Ser jefe de una mafia era lo suficientemente sombrío?
Aunque fue un cargo que tuvo que tomar de manera imprevista, eso era, Jefe de la mafia, dirigía el narcotráfico de su negocio, los asesinatos, secuestros, contrabandos, apuestas, extorsiones, robó y los tratados de paz con otras mafias.
Mas no trabajaba solo, tenía a su familia allí trabajando con y para él.
Han Jisung, su primo y también mano derecha. Lo aconsejaba sobre todo en temas no militares y se encargaba de controlar que todos estén donde debían estar.
Christopher Bang, líder del área de seguridad y su guardaespaldas principal junto a Seo Changbin, quien también estaba a cargo de la venta y compra de armas.

¿Enemigos? Muchos, Hwang estaba seguro que no había hecho el mejor trabajo el primer año de liderazgo del negocio, habiendo ganado así, decenas de contrincantes.
Y el peor de todos ellos la mafia de los Choi, liderada por Choi Yeonjun y su mano derecha Choi SooBin.
Todo había empezado en una subasta que terminó en estafas y ahora Hyunjin estaba en deuda con la mafia contraria, y ese era un peso del que quería liberarse lo antes posible.

El vehículo se detuvo frente a un edificio de aspecto sombrío en el centro de la ciudad. Hwang y sus guardaespaldas salieron y se dirigieron hacia la entrada, donde un par de hombres armados les abrieron camino.

Una vez dentro, Hwang se dirigió a su oficina y se sentó detrás de su escritorio. Tomó un sorbo de su té y se sumergió en sus pensamientos, planeando su próximo movimiento.

—¿Cómo va todo con los Choi? —preguntó Hwang mientras revisaba algunos informes en su oficina.

—Todo está tranquilo por ahora, pero sabemos que están esperando una oportunidad para atacar —respondió Jisung.

Hwang suspiró. Sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarse a los Choi, pero aún no estaba seguro de cuál sería la mejor estrategia para hacerlo. No quería arriesgar a su familia y sus hombres en una guerra que no estaba seguro de ganar.

—Tenemos que estar un paso adelante de ellos en todo momento. Necesito que todos estén alerta y preparados para cualquier cosa que pueda venir —ordenó Hwang.

Sus guardaespaldas asintieron en acuerdo y salieron de la oficina para dar las órdenes correspondientes. Hwang se quedó solo, pensando en su situación actual. Sabía que había llegado muy lejos en el mundo del crimen organizado, pero también sabía que no podía bajar la guardia en ningún momento.
Entonces el desafiante Príncipe con el que conversó durante la noche pasó por su cabeza. "Indecente" pensó ¿Como se atrevía a llamarlo así, si la misión de Hyunjin para esa noche era pedir su mano?
Frunció el ceño ante el recuerdo de la conversación con Lee. No le gustaba que lo subestimaran, y mucho menos que lo llamaran indecente. Pero aunque estas palabras mostraban cierta irrespetusidad para él, tampoco podía olvidarse de la manera en que sus ojos, atrevidos y algo seductores, lo miraban al decirlas.
Hwang se sacudió esos pensamientos de la cabeza. No podía permitirse distraerse con un simple encuentro con un príncipe. Tenía asuntos más importantes de los que ocuparse, como proteger su negocio y su vida.

Entre la mafia y la corona [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora