Entre la mafia y la corona [Hyunlix]

10. Avances

—¡Bang!—Saludó Hwang al ver a su guardaespaldas en la limusina en frente del palacio.

—Buenas tardes Hwang.

—Espérame aquí; En unos minutos bajo con el príncipe Lee ¿Recuerdas lo que tienes que hacer no?

—A la perfección, Jefe.

Con esa afirmación Hyunjin subió nuevamente al palacio en busca del príncipe, que estaba en su habitación mirando novelas. Tocó la puerta.

—¡Príncipe Lee!—Fingio una voz aguda.

—¡¿Quien es?!—Se escuchó del otro lado.

—¡Príncipe Lee!—Volvio a repetir con el mismo tono y no hicieron falta muchos segundos para que el pecoso abriera la puerta.

—¿Hyunjin?—Lo miró sorprendido—Pensé que eras...

—¿Una de tus mucamas? Si, era la idea—El nerviosismo se hizo notorio en el más bajo, provocando una pequeña risa al mayor—¿Me concede el honor de acompañarme esta tarde?

—¿Ahora?

—Si.

—Bueno, supongo que puedo tomarme un descanso de mis novelas por un rato. ¿A dónde iremos?

—Es una sorpresa, príncipe. Te aseguro que te divertirás.

El príncipe Lee se apresuró a ponerse los zapatos y acomodarse la ropa, listo para salir con Hyunjin. Ambos bajaron por las elegantes escaleras del palacio y se dirigieron hacia la limusina donde el guardaespaldas los esperaba.
Ambos se acomodaron en el lujoso vehículo y el guardaespaldas dio la orden al conductor de partir.

Durante el viaje Felix miró hacia todos lados, nervioso, aún tenía en mente el beso con el "Rey" días atrás y desde ese momento no habían vuelto a tocar el tema.

—Llegamos—Avisó Bang media hora después.

Lee, quien había terminado por cerrar los ojos y casi cae rendido ante los brazos de morfeo, abre los ojos confundido.

—Mhm...¿Donde estamos?

—Vamos bello durmiente—Hyunjin le indicó mientras se bajaba del vehículo.

El menor de los rubios imitó su acción y al salir se encontró con un inmenso campo de césped verde y con algunas flores.

—¡Guau! ¡Es hermoso aquí! —exclamó el príncipe Lee mientras miraba a su alrededor, maravillado por el extenso campo y las coloridas flores.

—Me alegra que te guste, príncipe.

Christopher le entregó una canasta al mayor, quien tomó de la muñeca al pecoso y lo guió hasta estar algo lejos de la limusina.

Ahora mientras ellos dos estaban solos, el guardaespaldas observaba discretamente a ambos desde cierta distancia, asegurándose de que estuvieran seguros y protegidos.

—¿Qué hay en la canasta? —preguntó el príncipe Lee con curiosidad.

—Es un pequeño picnic que preparé para nosotros —respondió Hyunjin con una sonrisa.

Felix se enterneció por el gesto y su prometido empezó a sacar las cosas de la canasta.
Colocó una manta donde invitó al menor a sentarse y luego hizo lo mismo.
De la canasta sacó: dos jugos, una gran variedad de frutos y frutas, pan y queso, entre otras cosas.

El rubio lo miró mientras acomodaba las cosas sobre la manta, por primera vez lo vio con otros ojos, unos ojos que no reflejaban desagrado, ni desaprobación, en cambio lo miró con unos ojos de aprecio y ternura.