Entre la mafia y la corona [Hyunlix]

15. Loco

Dos semanas después, todo había parecido mejorar, al menos un poco, aún no parecía haber señales sobre los Choi, pero  todos se mantenían alerta, aún así, Han seguía algo resentido con Hyunjin por sus decisiones.

Desde el punto de vista de Jisung, Hyunjin estaba irreconocible, parecía un adolescente, brillaba cada vez que estaba junto a Felix y su sonrisa era inmensa, pero, cuando no estaba con él, y en su lugar le tocaba hablar sobre trabajo estaba enojado y molesto, como si prefiriera estar en otra parte.

Y eso se refleja en este preciso día. Felix, Minho, Los Reyes, Jisung y Hyunjin visitaron a la modista de confianza de los reyes para hacer la tercera prueba de vestuarios para el gran evento, o sea, la boda.

—¿Por qué no puedo tener un traje convencional? —Se quejó el príncipe mientras las modistas arreglaban detalles sobre el traje—. Me pica el cuello.

—Así es la tradición Felix— Su padre volvió a explicar—. Yo use uno igual cuando me case con tu madre.

—Lo sé, lo sé, pero eso no significa que no pueda quejarme un poco, ¿verdad? —Felix se retorció incómodo en el traje que le habían puesto mirando a Minho con una expresión de súplica.

—Lo siento, alteza, pero la tradición es la tradición —dijo la modista con una sonrisa amable—. Y este traje realzará su belleza natural y su presencia majestuosa en el evento.

Felix suspiró y asintió resignado, dejando que las modistas continuarán con su trabajo.

En otra habitación (ya que los prometidos no podían verse con sus trajes hasta el día de la boda), se encontraba Hyunjin, mirándose al espejo con una expresión seria mientras otras modistas trabajaban sobre él.

—Te ves increíble Hyun—Han se acercó a él.

—Gracias— Suspiro.

—¿Está todo en orden? —Se miraron a los ojos y eso fue suficiente—Damas ¿Podrían retirarse por unos minutos...?—Al ver que las modistas accedieron y salieron de la habitación, agradecieron—. Ya mismo me vas a decir que es lo que te pasa.

—Nada, no es nada, en serio.

—Hwang Hyunjin, te conozco desde que nací, no puedes mentir.

El mayor suspiró y le entregó su celular, abierto en el chat de "Choi Yeonjun".

Había mensajes amenazantes, llamadas perdidas y fotos. Fotos en donde aparecía Hyunjin, Hyunjin en el palacio, en los jardines, hasta durmiendo.

—Esto es serio, Hyunjin. ¿Por qué no nos lo habías contado antes? —preguntó Han con preocupación mientras examinaba los mensajes y las fotos en el chat.

—No lo sé, no lo sé, tengo miedo...No quiero que llegue hasta Felix.

—Deberías dejar de preocuparte tanto en Felix y empezar a preocuparte un poco en ti. —Reprochó visiblemente molesto.

—Pero...

—No hay peros Hyunjin. Hablaremos con Chan, lo traeremos a él y a algunos más, te protegerán—Hwang abrió la boca para hablar pero Han se adelantó—Y a Felix también.

—Gracias, Han —musitó Hyunjin sinceramente.

Mientras tanto, en la otra sala, Felix estaba de pie, inquieto y con el traje real que le habían colocado. Minho se acercó y le dio una mirada llena de afecto.

—Te ves asombroso, pecas. En serio, estás radiante.

Felix esbozó una sonrisa forzada y miró hacia la puerta que llevaba a la habitación donde se encontraba Hyunjin.