Entre la mafia y la corona [Hyunlix]

17. Hable ahora o calle para siempre

Semanas más tarde.

Semanas más tarde, el gran día finalmente llegó, y el castillo estaba lleno de actividad y emoción.

—Por dios estoy tan nervioso que siento que voy a morir de la ansiedad— Felix se tomó el cabello entre las manos con estrés.

—Acabamos de llegar, no te mueras por favor—Dijo Seungmin cruzando la puerta con su novio al lado.

—¡Seungmin! ¡Jeongin! —El pecoso exclamó emocionado, corriendo hacia ellos para abrazar a sus amigos.

—¡No puedo creer que este día finalmente llegó! —El menor de los tres fingió llorar.

—¡No puedo creer que vayamos a ser tus caballeros de honor! —Los ojos de sungmin se aguaron y se separó del rubio.

—hablando de eso...¿Y Minho?

—Estaba con nosotros pero dijo que debía hacer algo antes, que en unos minutos vendría...

Mientras tanto, en otra habitación del palacio, Minho tenía a Han Jisung explorando su cuello mediante besos y caricias suaves. La atmósfera era íntima y cargada de deseo. Minho deslizó sus manos por la espalda de Han, sintiendo la suavidad de su piel bajo sus dedos.

—Han, no deberíamos estar aquí en este momento —susurró Minho , aunque su voz estaba llena de pasión.

Minho detuvo sus caricias por un momento y miró a los profundos ojos de Jisung.

—Lo sé, pero no pude resistirme. Eres tan irresistible —respondió el menor con una sonrisa traviesa.

Lee suspiró, incapaz de resistirse a la atracción que sentía por Han . Se dejó llevar por el momento, entregándose a los besos y caricias del menor .

De vuelta en la habitación donde Felix, Seungmin y Jeongin esperaban, la tensión estaba empezando a disiparse mientras compartían risas y anécdotas de los preparativos para la boda. El tiempo pasó volando y, finalmente, Minho apareció en la puerta con una sonrisa en el rostro.

—¡Minho! —exclamó Felix, corriendo hacia él para abrazarlo.

—Lamento la demora, Pecas...pero tenía asuntos que atender...

—Asuntos...¿Con asuntos te refieres a Han? —Lo acusó su primo señalando un chupetón en su cuello.

—Bueno, eso también fue parte del asunto —respondió Minho con una risa nerviosa, mientras tocaba el chupetón disimuladamente.

Seungmin y Jeongin estallaron en risas ante la respuesta de Minho, y Felix simplemente sacudió la cabeza con una sonrisa cómplice.

—Bueno, ahora que estamos todos aquí, es hora de que nos preparemos para el gran día, Felix —dijo Seungmin con entusiasmo.