23. Fin.

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Cinco meses después...

—Finalmente el día ha llegado—. Felix se habló a sí mismo en frente a su espejo viendo como aquel especial traje blanco le quedaba—Después de tanto esfuerzo...

—¡Permiso! ¡Permiso! muévase, soy caballero de honor—. Sonrió instintivamente al reconocer la voz de Seungmin, quien venía acompañado de su novio y una gran caja en sus manos.

—¡Chicos! Hola.

—¡Lix! —El menor se acercó y rápidamente abrazó a su amigo.

El castaño repitió  la acción de su novio  y mostró la gran caja entre sus manos—. Trajimos un regalo.

—Ay, chicos, son muy tiernos, en la entrada de la ceremonia hay un baúl para que luego lo dejen—. Sonrió

—Lo sabemos bobo, pero este es un regalo...Especial para ti.

El pecoso los miró con intriga y agarró la caja.

—¿Debo abrirlo ahora?

—¡Sí, sí, ábrelo ahora! —exclamó Seungmin emocionado, mientras su novio asentía con una sonrisa.

Felix asintió y comenzó a abrir cuidadosamente la caja, revelando en su interior un gran portaretratos con una foto.

—Sabemos que no querías ninguna foto de aquel día pero...

—Es hermosa—. Los ojos del rubio se tornaron vidriosos mientras miraba la foto que le habían tomado junto a Minho mientras se reían de un mal chiste, el día de su fallida boda. —Estupido Minho y sus malos chistes...—Se hizo un silencio y su voz se rompió. Las lágrimas empezaron a caer—. Lo extraño tanto...

—Todos lo hacemos—Dijo Jeongin mientras él y Seungmin abrazaban por los lados a Felix.

La marcha Municipal inició e instantáneamente las piernas de Hyunjin empezaron a temblar, Jisung, junto a él, puso una mano en su hombro para reconfortarlo

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La marcha Municipal inició e instantáneamente las piernas de Hyunjin empezaron a temblar, Jisung, junto a él, puso una mano en su hombro para reconfortarlo. Los nervios tomaron el control y sintió sus manos sudorosas al ver a Felix entrar en la ceremonia con aquel hermoso traje blanco.

Con una inconsciente telepatía los ojos de ambos se pusieron vidriosos.

La marcha continuó, pero para Hyunjin, el mundo se redujo a ese momento, a la figura elegante de Felix avanzando hacia el altar. Recordaba el tiempo en el que se conocieron, las risas compartidas, las lágrimas derramadas y cómo, a pesar de todos los obstáculos, habían llegado hasta este día.

Finalmente, Felix llegó al altar, donde el más alto lo esperaba con una sonrisa nerviosa pero llena de amor, se miraron con complicidad.

El celebrante comenzó a hablar, pero los dos novios apenas podían apartar la mirada el uno del otro. Las palabras resonaban en el aire, pero sus pensamientos estaban completamente centrados en el compromiso que estaban a punto de sellar.

Entre la mafia y la corona [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora