CAPÍTULO 8: JUEGO DE DOS

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Hanabi no era de las personas que sacaran conclusiones precipitadas. Jamás le había gustado saber las cosas a medias, tal vez solo era una adolescente, pero sabía que hacerse ideas preconcebidas de una cosa antes de saber la verdad era muy peligroso, podría crear un malentendido sin quererlo.

Pero frente a esa escena su mente no dejaba de dar vueltas a locas ideas. Negó, no se podía dejar influenciar, debía averiguar lo que pasaba entre su hermana mayor y el príncipe de hielo.

Se giró hacia Konohamaru y le hizo prometer que no diría absolutamente nada de lo que habían visto, si salían a escondidas no quería causarle problemas a su hermana. Él al ver lo seria qué estaba no pudo más que aceptar su petición, conocía muy bien lo orgullosa que era la chica, pero cuando se trataba de Hinata su carácter cambiaba demasiado y eso justamente era una de las cosas que más le gustaban de ella, ese cálido corazón suyo que escondía.

—Gracias—dijo con una pequeña sonrisa que tiñó las mejillas de Konohamaru, cuando sonreía era linda.

Hanabi volvió a centrar su atención hacia ellos, sabía lo mucho que le había dolido a su hermana el rechazo de Naruto y que ella supiera jamás se había vuelto a interesar por ningún chico, al menos que no fuera 2D. Amaba a su hermana, pero esa afición suya a veces le preocupaba demasiado, sobretodo por su gusto en personajes y el Uchiha se parecía demasiado a esos fríos chicos que tanto le gustaban.

Miró la ventana, donde encontró la imagen de su hermana con el Uchiha alejándose, no se podía quedar de brazos cruzados. Lo había decidido, iba a encontrar la verdad. Si a su hermana de verdad le gustaba Sasuke iba a necesitar mucha ayuda, sobretodo con su progenitor, así que necesitaba asegurarse o podría meter la pata, ya que de verdad su padre aborrecía a los Uchiha, siempre hablaba sobre su mala relación con Fugaku Uchiha.

Estaba segura qué a su padre no le haría gracia saber que su hija mayor salía con el hijo de su enemigo. Tenía que proteger a su hermana.

—Necesito tu ayuda—dijo Hanabi extrañando a Konohamaru.

—¿Mi ayuda? —dijo algo escéptico.

Konohamaru tembló un poco al ver la risa de Hanabi, no sabía en que lío se estaba a punto de meter, pero por la penetrante mirada que la chica le daba sabía que no tenía escapatoria. Posiblemente desde que se había enamorado de ella estaba destinado a correr con esa suerte.

—¿Qué necesitas que haga? —dijo dudoso.

—Quiero que sigas a Uchiha-sempai, necesito saber si sale con mi hermana—dijo seria.

La verdad es que estaría más tranquila si fuera ella quien lo seguiría, pero sería demasiado extraño que de repente ella comenzara a espiarlo, además si la pillaban no tendría manera de explicarlo. En cambio, como Konohamaru siempre rondaba a Naruto el cual era bastante cercano a Sasuke sería menos complicado de explicar si lo acababa pillando, ya que tendría una cuartada perfecta.

El chico en verdad se quería negar, conocía el mal carácter del Uchiha, pero nuevamente la cara de cachorro de Hanabi no le dejó otra opción.

—De acuerdo—fue todo lo que dejo haciendo que la chica corriera a abrazarlo, haciendo que él pensara que su esfuerzo sí que valía la pena.

Así la semana empezó a pasar y tal como Hanabi le pidió Konohamaru se convirtió en la sombra de Sasuke, o al menos lo intentó, ya que el chico era mucho más escurridizo de lo que el menor esperaba.

Cuando llegó el viernes Konohamaru llegó a una conclusión muy simple. Esos dos salían juntos.

Los había pillado en más de una ocasión intercambiando miradas, tomándose de la mano, pasándose notitas, incluso los había visto abrazarse en un par de ocasiones. Así con eso totalmente claro fue a decírselo a Hanabi.

Mi Chico Ideal [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora