CAPÍTULO 15: NUEVOS OBSTÁCULOS

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Mientras tomaba un sorbo de su café rememoraba la conversación que había tenido con su padre el día anterior, aún no podía creer del todo lo que le había contado. Sabía que su padre jamás sería capaz de inventarse ese tipo de cosas de la nada, no era un hombre que odiara solo por odiar, siempre le había parecido raro esa aberración que tenía por los Uchiha, pero estaba segura qué debía haber algo más. Después de todo, en una historia siempre hay dos caras, solo necesitaba conocer la otra. Por eso debía hablar con Sasuke, tenía que preguntarle a Fugaku-san por su versión de la historia.

Podía notar la mirada preocupada de Neji y Hanabi sobre ella y aunque deseaba explicarles la situación, tener a su padre sobre ellos solo complicaba las cosas, así que solo les dio una ligera sonrisa para intentar relajarlos, no podía arriesgarse a meterlos en sus problemas.

Además, ahora mismo lo más importante era poder hablar con Sasuke, ya que después de la manera en la que su padre la había llevado, estaba segura qué se encontraba preocupado y al llevarse su teléfono ni siquiera lo había podido llamar o mandar un mensaje para tranquilizarlo. Temía que pudiera hacer algo descabellado, el chico podía ser mucho más impulsivo de lo que se apreciaba a simple vista.

Una vez terminó su desayuno se despidió de su padre, estaba ansiosa por irse. Pero antes de que pudiera dar un pie fuera de casa su padre la detuvo.

Con brevedad y consistencia le explicó la situación a Hinata, dejando a ella y a los demás sorprendidos por lo que el hombre planteaba. Pestañeó un par de veces intentado saber si lo que acababa de escuchar era real o solo se trataba de un espejismo. Su padre no podía estar hablando en serio, estaba segura qué ni si quiera en la prehistoria habían lidiado de esa manera con los problemas.

—Padre, no creo que esto sea necesario—dice Hinata, pero Hiashi hace oídos sordos y procede a presentar a los tres sujetos trajeados que entraban.

—Ellos son Shi, Amai y Karai, tus nuevos guardaespaldas. Te acompañaran todo el tiempo, tienen el permiso de la directora para estar contigo en clases. Si algún Uchiha se acerca a más de cinco metros de ti lo destrozarán y te puedo asegurar que seguirán mis órdenes. No pienso volver a arriesgarme otra vez—declaró Hiashi con voz intimidante poniendo pálida a Hinata, ahora sí que le sería imposible poder hablar con Sasuke, ni siquiera en la escuela.

Hanabi y Neji se miraron el uno al otro preocupados, no le había podido preguntar directamente a Hinata porque Hiashi estaba actuando de esa manera, pero no era necesario ser demasiado listo como para hacerse una idea de lo ocurría. No sabían cómo, pero parecía que se había enterado de la relación que Hinata mantenía con Sasuke y por la enemistad que había entre sus familias había tomado medidas que a su parecer eran demasiado agresivas e incluso algo exageradas.

Su sobrino comprendía su preocupación, ya que cuando él se había enterado de la relación de Hinata con Sasuke tampoco le había hecho demasiada gracia la idea, el chico no era santo de su devoción, pero notaba lo que su prima sentía y eso para él era lo primero. Si Hinata era feliz como su guardián estaba encargado de proteger esa felicidad fuera como fuera.

Además, si el Uchiha se atrevía a lastimarla ya encontraría alguna manera de destrozarlo de la manera más dolorosa que encontrara.

Por su parte Hanabi tomó su teléfono y en un rápido movimiento le envió un mensaje a Konohamaru, pidiéndole que le dijera a Naruto que tenían que hablar con Sasuke de algo urgente respecto a su hermana y que pasara lo que pasara no viniera a su casa.

Pero, para mala suerte de la chica, por la ventana del comedor pudo ver como Sasuke se acercaba al umbral de su casa, alarmándola por completo.

—¡Neji-nii y yo nos vamos antes, tenemos cosas del club! —dijo presurosa tomando de la mano a su primo y saliendo corriendo a la puerta principal.

Mi Chico Ideal [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora