Horas después, Hinata se encontraba en el pasillo del hospital, esperando con ansias noticias sobre Sasuke. Sus manos no dejaban de temblar, igual que su cuerpo. La herida había sido grave, pero afortunadamente, los médicos lograron estabilizarlo. Aun así, el sentimiento de culpa no la dejaba en paz. Si Sasuke estaba allí, era por su culpa. No debería haber seguido a ese niño, negó ahora era problema de los servicios sociales.
La puerta de la sala se abrió; Fugaku, Mikoto e Itachi entraron al hospital.
Los ojos de Itachi estaban serios y su usual semblante tranquilo estaba remplazado por una mueca de angustia. Fugaku parecía preocupado, mientras que Mikoto tenía lágrimas en los ojos.
Al verlos a los tres allí todo se sentía aún más pesado.
—Hinata —dijo Mikoto, acercándose rápidamente—. ¿Cómo está Sasuke? ¿Qué ha pasado? Pero la chica apenas pudo mirarlos. Las palabras se atascaban en su garganta, pero finalmente logró hablar.
—Lo siento mucho —murmuró, inclinando la cabeza—. Si no hubiera sido por mí Sasuke no estaría herido. Todo es mi culpa. Fugaku intercambió una mirada con Itachi, quien dio un paso adelante, colocando una mano suave sobre el hombro de Hinata.
—No puedes culparte por lo que pasó —dijo Itachi con voz calmada—. Sasuke eligió protegerte porque te quiere. Mi hermano es fuerte estará bien.
Mikoto, todavía preocupada, añadió: —Lo que importa ahora es que Sasuke esté bien. Aún no sabemos qué tan grave es, pero está con los mejores médicos.
A pesar de sus palabras reconfortantes, Hinata no podía quitarse la culpa de encima. Miró a Fugaku, esperando reproches, pero para su sorpresa, él solo suspiró.
—Sasuke es como yo, testarudo e impulsivo. Pero lo que tú y él tienen es fuerte Hinata —dijo Fugaku, con una mezcla de cansancio y comprensión en su voz—. Estoy seguro que tú también lo hubieras protegido de haber podido.
Hinata notó como las lágrimas se derramaban a montones en sus ojos.
Pero notaba como como algo en su interior había cambiado. Tal vez su padre tenía razón; tal vez ella y Sasuke solo se lastimarían si seguían juntos. Y esa idea la atormentaba.
Hiashi desde una distancia prudencial observaba todo en silencio, había acompañado a su hija, pero sentía que necesitaba un tiempo a solas. Pero al verla reconfortada por otra familia su pecho se estremeció. Tal vez si no los hubiera intentado separar nada de esto hubiera pasado.
oOoOoOoOo
Días después de la operación, Sasuke continuaba inconsciente. Durante dos días enteros, Hinata no se separó de su lado en el hospital. Se quedó junto a él observando su respiración acompasada, preocupada por el color pálido en su rostro y cómo las vendas cubrían las heridas que había sufrido al protegerla. Cada latido de su corazón era un recordatorio de su decisión impulsiva de arriesgar la vida por ella y aunque sentía gratitud, la culpa era mucho más abrumadora. Hiashi se lo había permitido, después de lo que el chico había hecho no podía interponerse más.
En los pocos momentos en que el cansancio la vencía, Hinata se quedaba dormida en una silla junto a la cama de Sasuke, sosteniéndole la mano, como si al tocarlo pudiera protegerlo, devolverle de alguna forma lo que él había hecho por ella. Pero, justo cuando decidió ir al baño después de tantas horas sin moverse, Sasuke despertó. Al abrir los ojos, algo desorientado, vio a Itachi a su lado.
—¿Itachi? —murmuró Sasuke, esforzándose por incorporarse ligeramente, aunque el dolor lo obligó a volver a recostarse. —¿Dónde está Hinata?
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Mi Chico Ideal [✔]
FanfictionEllas solo quería lo mejor para Hinata, así que harían que su amor secreto se hiciera realidad. No importaba si se trataba de Uchiha Sasuke, ellas harían que ese amor ideal se volviera verdadero. ¿El problema? Que Hinata jamás había dicho que él er...