Capítulo 1

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   Estaba inquieta, verlo de lejos era como un castigo que imponía su lado masoquista.

   Todos los días, como una acosadora observaba con atención a aquel pelinegro que —por suerte— no se daba cuenta de aquellas miradas tan profundas que le dedicaba T/n.

   ¿Quién no lo miraría? Sería tonto no hacerlo, un muchacho de facciones atractivas, cabello negro y brilloso además de un largo que le hacía quedar tan bien. A más de una le sacaba suspiros, pero a ella se le aceleraba el corazón completamente.

   Suguru Geto; un chamán de Grado Uno bastante capaz. Fuerte, ágil, con un ritual único y que manipulaba a la perfección. Era claro que para las chicas en el mundo del jujutsu no era una simple cara bonita, era una bestia en cuestión de poder.

    En cambio ella; no había mucho que decir. Era ágil, si. Su velocidad no era fácil de igualar, su ritual era único también, en cambio le traía repercusiones. No era fea —en base a lo que le decían, pues ella no le prestaba mucha atención a ello—, tampoco tenía duda de cualquier aspecto de ella.

   Era algo que no podía explicar, una sensación extraña cuando miraba a Suguru y enseguida empezaba a compararse con él. Le abrumaba de cierto modo.

   Dejó de mirarlo desde lejos, suspirando de cansancio de no tener el valor de acercarse ni haciendo el papel de "compañeros" para iniciar una conversación con él.

   Estiró sus brazos y escuchó sus huesos tronar. Sus compañeros habían salido sin ella, era un día libre y fueron a visitar a sus familias. Decidió quedarse ya que el único familiar que tenía era un dolor de culo...

   Sintió algo removerse de su lado, volteó por sobre el hombro y miró a su sempai de segundo año, Shoko Ieri. Fumaba un cigarrillo, lo cual hizó que sus ojos lagrimearan en cuánto el olor perforó sus fosas nasales.

—— Si no te mata una maldición esa cosa lo hará —comentó tapando su nariz refiriéndose al cigarro.

—— Un pequeño costó por pasar el rato.

   Shoko Ieri era la única chica con la que podía convivir en el campus de la escuela. De hecho, eran las dos únicas. No hablaban mucho, tampoco eran muy íntimas, pero convivían a la perfección y se tenían confianza. En una urgencia femenina la otra la socorría con gusto, entre mujeres se apoyaban.

—— Anoche salí con un chico —dijó sin importancia, dejando salir humo de su boca—. Era guapo, pero no quería pagar la cuenta.

—— Las apariencias engañan...

—— Cuéntame, ¿has tenido una mala experiencia con un chico?

   Se quedó meditando, urgando en sus memorias, no fue difícil darle una respuesta debido a sus nulas interacciones románticas, no por qué ella no quisiera, sino por razones externas.

—— Nah, no he tenido una cita en mi vida. Tampoco una aventura con algún chico. Soy to-tal-men-te aburrida —finalizó con una sonrisa.

—— Bueno, ya tendrás tu romance adolescente.

   Quedó quieta al escuchar aquello. Instintivamente llevó su mirada una vez más a Suguru Geto, y torció sus labios incómoda y avergonzada. Shoko no lo pasó por alto. Llevó su mirada al frente, enfocando a su amigo, luego a T/n y una vez más a Suguru...

—— ¡¡No mame-...!!

—— ¡Adiós, tengo que sacar mis zapatos de la nevera! —interrumpió, muy nerviosa, la habían descubierto.

   Antes de que Shoko pudiera responder, T/n ya se estaba dirigiendo a su habitación. Corría por los pasillos escapando de la vergüenza que acababa de pasar cuando Shoko la descubrió. Se sentía ansiosa, ¿Y si le decía a Geto? ¿Qué haría?

 𝐌𝐈𝐑𝐀𝐌𝐄║𝗦𝗮𝘁𝗼𝗿𝘂 𝗚𝗼𝗷𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora