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Cuando llegó al irlandés era tarde; Punz y Dream ya habían comido, pero lo esperaban de todos modos tomando café. El segundo le hizo un gesto para que se sentara, mientras avisaba a la camarera; esta llegó rauda y veloz y puso una sonrisa.

—¿Quieres algo de la carta? —preguntó a Sapnap, ignorando a los otros dos a los que ya había servido.

—No, con el café es suficiente.

En cuanto ella se hubo alejado, Luke giró el cuello unos ciento ochenta grados para ver si alcanzaba a verle el culo, y después se volvió hacia su amigo meneando la cabeza.

—Mal, así vamos mal. Mira, Nick, ¿sabes cuál es la mejor forma de superar una ruptura?

—¿Tirarme a otra mujer? ¿Tirarme a muchas mujeres?

—No seas así—. Dream le pegó en el hombro—. Punz tiene razón.

—Solo han pasado tres días, hombre, deja que me revuelque en el disgusto al menos una semana... —Echó azúcar y se puso a revolver el café malhumorado.

Punz meneó de nuevo su extraña cara, de rasgos difíciles. Aunque parecía un crío no lo era tanto, estaba cerca de los veintisiete, pero era un genio en la informática y un desastre en las relaciones sociales... por mucho que le pusiera empeño en hacer un movimiento con cualquier mujer que se le acercara, ni siquiera había conseguido perder la virginidad.

—Un clavo saca a otro clavo —estaba diciendo el informático—. No hace falta que busques a la mujer de tu vida, solo a la «chica puente», ya sabes. La que te distrae y entretiene hasta que llegue otra que de veras te importe.

—No es mala idea —Dream apoyó a su amigo—. Además, ¿qué pasa con la fiesta benéfica, piensas ir?

—Qué remedio. Hoy mismo ha estado Lester en mi despacho para decirme cuánto sentía lo ocurrido y recordarme que quiere verme allí— Bebió un sorbo del café sin demasiadas ganas.

Los dos chicos se miraron entre ellos.

—Qué cabrón —masculló Punz—. ¿Crees que lo hace a propósito? —Vio que Sapnap lo miraba sin comprender— Sí, ya sabes, hacerte pasar por el trago de presentarte allí solo y sabiendo lo que ha sucedido. Porque claro, estará Kate con su nuevo novio... es un poco humillante.

Clay le dio un codazo por debajo de la mesa al ver la cara contrariada de Sapnap.

—No creo que sea tan retorcido, si Lester lo adora.

—Bueno, premeditado o no, el caso es que esos son los hechos. Mira —Punz bajó la voz—, puede que si eres amable con esa camarera tan dispuesta a servirte, podrías llevarla contigo.

— ¿A dónde? —preguntó Nick boquiabierto.

Los tres se callaron al ver que la susodicha se acercaba con la cafetera. Sapnap ni siquiera había llegado a beberse el café, pero ella se empeñó en rellenarle la taza con tanto entusiasmo que por poco lo derramó; después se alejó con otro contoneo diferente del que Luke no perdió detalle.

—A la fiesta. Y no estoy diciendo ningún disparate, ¿has pensado presentarte con alguien? —Chasqueó los dedos para sacarle del estado de estupor en que lo había dejado—. Es la forma perfecta de no quedar como un perdedor.

—Olvídalo. No estoy de humor.

De nuevo los dos chicos intercambiaron una mirada entre ellos.

—Nunca lo estás, pero tampoco es necesario que sea real. No sé, solo busca a alguien y la llevas... Así, la arpía de tu ex novia podrá dejar de pensar en ti como en ese pobrecito pendejo al que ha abandonado por otro más yuca* y...

maldita kate: karlnap.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora