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Al otro extremo del salón, Kate continuaba cruzada de brazos mientras sus amigas se miraban entre ellas, ambas pensando lo mismo: Katherine ya estaba de mal humor, al parecer había discutido con su padre y un poco con Cody, pero ya el ver a Sapnap acompañado de otra persona había terminado de estropearle la noche, y ellas sabían por qué: era jodido ver a tu ex con alguien nuevo al lado, pero aún era peor si ese nuevo alguien era un chico, que además de encantador era muy guapo. Habían tratado de tranquilizarla con golpecitos fraternales en el brazo, pero no habían tenido mucha suerte y su amiga parecía estar a punto de echar humo.

—Qué poca delicadeza, venir con otro cuando solo hace un mes que hemos roto —se quejó Kate.

—Desde luego —dijo la pelirroja, a la que el montón de maquillaje que llevaba disimulaba una cara de duende de lo más extraña—, qué poca delicadeza.

—Kate, pero si le dejaste tú... —trató de intervenir la rubia de pelo liso.

—Eso son detalles tontos —Kate le quitó importancia con un gesto—. Y sí, ya sé que vas a decir que empecé yo ligandome con Cody, pero no es lo mismo.

—¿Ah, no? Pues no entiendo bien la diferencia.

—Bueno, es igual, no importa. Tú nunca entiendes nada, ya sabes... ¿de dónde lo habrá sacado? ¿A ustedes les suena de haberlo visto en alguna parte antes? No es del círculo—.Ellas dos negaron, conscientes de que la morena no les prestaba la menor atención, atenta a la pareja.

***

Finalmente, Dream y Punz decidieron dejar solo a Sapnap después de tomarse sus copas con él y Karl. Él castaño dejó la suya sobre una de las mesas que había cerca, y decidió que ya que sonaba música, lo mejor era hacer un acercamiento con él; le rodeó el cuello con los brazos y Sapnap lo miró alzando una ceja.

—Agárrame de la cintura. No te va a pasar nada, hombre.

Él obedeció, un poco reticente, recordando el momento de las ostras y los temas afrodisíacos. Pero era agradable tenerlo cerca, de hecho, ni una sola vez había buscado a su ex con la mirada... realmente le importaba poco menos que nada dónde se encontrara o qué cara tuviera, aunque esto último ya se lo imaginaba. Claro, normal que siempre estuviera tenso o medio cabreado, ahora se daba cuenta de que la compañía era fundamental. Al menos tenía que reconocer que Karl sonreía a menudo y tenía buen humor, y aunque no viniera a cuento, le gustaba el perfume que usa, el color de sus ojos y...

— Te cuento lo que voy a hacer —dijo él, sacándolo de sus pensamientos de forma brusca—. Ahora nos están mirando todos, así que habría que dar algún golpe de efecto.

— ¿Como qué?

Lo miró con desconfianza, esperando cualquier cosa. A lo mejor se ponía a bailar sobre una mesa, tipo Lucas en sus mejores momentos...

— Pues ya que te inventaste el cuento de que somos pareja, esperarán al menos un beso. Así que me lo das, y luego me voy al baño que tengo unas ganas terribles de mear desde hace un buen rato... después me daré una vuelta por ahí, el tiempo suficiente como para que la viuda negra se acerque aquí a hablar contigo.

—¿Cómo sabes que va a hacer eso?

Peor, no veía por qué tenía que pasar por ello, no quería que se separara de él, estaban bien así. Aunque lo de que Kate se acercara no le preocupaba tanto como lo del beso; el castaño lo había comentado con tanta normalidad, pero el tema estaba causando estragos en su imaginación.

—Porque se le nota en la cara. Es más, desde que nos ha visto no nos quita el ojo de encima, ni siquiera ha ido a buscar a su novio... está deseando que me largue un rato para venir a marcar su terreno—.Karl meneó la cabeza—. Menuda puta—. Sapnap lo miró—. Lo siento. Entonces... ¿te parece bien que lo haga?

Sapnap se encogió de hombros. Al fin y al cabo, Karl estaba allí precisamente para eso, y desde luego el chico parecía tener mucho más claro que él lo que había que hacer... Así que terminó por asentir. El de ojos grises tuvo ganas de pegarle una bofetada en lugar de un beso, pero se contuvo. Si se hubiera negado podían haberse divertido durante la fiesta, hubiera dejado claro que de verdad pasaba de la tal Kate... Empezaba a arrepentirse de habérselo propuesto, pero notó los ojos de Katherine clavados en su espalda y subió las manos a la nuca de Sapnap. Ya va a ver la engreída esa.

Así que antes de que el chico pudiera alejarse, lo acercó hacia sí y lo besó. Había pensado en apartarse al momento, pero de pronto Sapnap lo estaba sujetando por la cintura, atrayéndolo más hacia él, y se descubrió profundizando el beso. Sapnap le entreabrió los labios, para acariciarle con la lengua, y él suspiró olvidando que estaba fingiendo delante de una audiencia. Quién hubiera dicho que el musiquito estirado besaba tan bien... Y entonces ese mismo pensamiento lo devolvió a la realidad.

Músico. Estirado. Estaban fingiendo, aquello no era real, así que se apartó con una sonrisa forzada.

—Suerte —le susurró, antes de darle una palmadita de ánimo mientras se marchaba en dirección a los baños.

Sapnap lo vio alejarse, y se aproximó a una mesa a buscar alguna bebida: lo necesitaba, y a ese paso se veía entrando al taxi con una borrachera y una erección grandísima. Un camarero se detuvo al pasar a su lado con una bandeja.

—¿Ostras, señor?

—No, gracias—.Lo que le faltaba, más momentos afrodisíacos que terminaban frustrados.

Se bebió el cava de un trago, y nada más dejar la copa vacía, vio que Kate cruzaba el salón directa hacia él. Tomó aire y otra copa bien llena, para capear lo que se le venía encima.

—Hola —saludó ella, con una sonrisa que más bien era una mueca—. Qué poca vergüenza tienes. No sabía que eras maricón.

—¿Cómo? —preguntó boquiabierto.

—Hace un mes que rompimos, ¿y ya tienes a alguien más?

El joven la observaba atónito, sin creer lo que escuchaba. ¿De verdad le estaba echando en cara aquello después de haberlo plantado por otro? Y ni hablar del calificativo nefasto que soltó de la forma más desagradable para referirse a él. Ni siquiera se veía capaz de responder sin decir alguna grosería, así que volvió a tomar aire.

—No entiendo nada. Tú te echaste novio y me dejaste, ¿por qué ahora te molesta que yo salga con otra persona?

—Exacto. Te dejé yo y no al revés, se supone que deberías estar de luto durante un tiempo.

—Oye, perdona, pero no tengo ganas de oír estupideces.

—Y comiéndose la boca ahí como si fueran dos adolescentes. Por Dios, tienes brillo labial por todas partes—.Sapnap se sacó un pañuelo del bolsillo y se lo pasó por la boca, descubriendo que Katherine no exageraba—. ¿De dónde lo has sacado? ¿Qué edad tiene? Parece un niñito.

—De eso nada—. Otra vez la edad, y Sapnap seguía sin saberlo. Se guardó el pañuelo haciendo cálculos—. Tiene... veinte.

—¿Y dónde...?

Kate vio interrumpido su interrogatorio al ver aproximarse a su padre, de modo que cerró la boca fastidiada, observando cómo su progenitor rodeaba los hombros de Sapnap con el brazo.

—Sapnap, vente un momento conmigo, anda. Hay un par de personas que quiero que conozcas—.Sonrió—. ¿Vienes, hija? —Ella asintió con un resoplido—. Pues vamos.








gracias por leer.(:


maldita kate: karlnap.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora