Capítulo Treinta y Tres

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Masky camina de un lado a otro de la habitación mientras yo sigo sentada en la cama, cubierta con la manta, con la cabeza agachada y el cuerpo frío.

—¿Cómo?— inquiere él, y yo alzo la cabeza para prestarle atención —¿Cómo lo sabes?

No me atrevo a responder.

—Gwendolyn.

Me encojo en mi sitio.

—En Internet— empiezo a decir, en tono bajo —En internet se pueden encontrar los periódicos de años anteriores— trago saliva —. Estuve investigando hasta que encontré un caso muy parecido al que me contaste: una pareja asesinada, el hijo único sobrevivió...

Masky se queda en silencio.

—El nombre del niño es Timothy Sutton.— aclaro, sin apartar mis ojos de los de su máscara.

En ese momento se lleva las manos a la cabeza y me da la espalda y sigue recorriendo la habitación a base de zancadas. Yo no podría estar más arrepentida, sobre todo porque Hoddie me pidió que no le dijéramos nada a él.

—¿Por qué lo has hecho?— la misma pregunta que me hizo Hoddie —Te dije que nadie podía conocer nuestros nombres.

—No lo hice por eso...

—Pensé que lo entendías— me acusa. En ese momento, me levanto y lo encaro, acercándome a él.

—No lo hice simplemente porque quería saber cuál era tu nombre.— le vuelvo a recalcar, enojada —Lo hice porque quería saber qué sucedió— alego —Está claro que lo que fuera que sucedió todavía sigue ahí— señalo directamente su pecho —, y te está matando. Lo hice porque quería ayudarte.

—¿Ayudarme?

—Sí.— asiento.

—¿Y de verdad crees que puedes hacerlo?— pregunta, incrédulo.

—Sí— vuelvo a responder —, quiero salvarte.

Él suelta una risa sarcástica.

—¿Salvarme de qué?

—De todo esto.— aclaro, mis brazos señalan su habitación, generalizando —Hay algo que no está bien, nada bien.

Masky me mira, ambos en silencio. No dice nada, solo gesticula con las manos, frustrado. Recoge su sudadera del suelo y se marcha, cerrando la puerta de la habitación.

Hoddie le clava el cuchillo al árbol que tiene frente a él, yo me quedo ahí, en tensión, preguntándome si era así como solían desquitarse los Proxys, o era simplemente que Hoddie estaba furioso conmigo y no quería descargar toda esa rabia contra mí.

—¿Cómo demonios ha ocurrido eso?

Quiero responder a su pregunta, pero me da mucha vergüenza explicarle la situación en la que estábamos Masky y yo cuando dije su verdadero nombre por error.

—Fue... fue un accidente.— respondo, desviando la mirada.

—Accidente o no, se ha enterado de que lo sabes— resuelve él —¿Qué piensas hacer?

—Es que no lo entiende.

—Pues claro que no— coincide, su tono lleno de sarcasmo y enojo —¿Por qué iba a hacerlo?

—Quiero ayudarle.

—Tal y como has empezado, no le debe parecer una manera adecuada de ayudarlo.

Me quedo en silencio, cruzándome de brazos.

—El que mató a sus padres...— procuro no hablar muy alto —es un protegido de...

Schizophrenic[Masky]© Book 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora