Capítulo Dieciséis

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Todos se quedan en silencio y se giran rápidamente hacia la criatura que está parada en medio de los cadáveres. El hombre sin rostro vestido con traje. Masky no se aparta de mi lado y Hoddie se queda junto a mí. Toby se levanta como si tal cosa, ni siquiera parece sentir la sangre empañando la manga de su sudadera, y goteando.

-Amo, lo sentimos, pero estos humanos nos han atacado, y...- empieza a hablar Masky.

-No- lo interrumpe la voz demoníaca del hombre alto -. La han atacado a ella, vosotros habéis interverido en lugar de continuar con vuestra labor- resuelve, como si hubiera estado aquí en todo momento.

Todos se quedan en silencio por un largo rato. Entonces, para mi sorpresa, Hoddie da un paso al frente, con las manos cerradas en puños y muy firme.

-Dijiste que seríamos responsables de ella, que no le quitáramos el ojo de encima, Amo- le recuerda, citando textualmente sus palabras. Yo también lo recuerdo perfectamente. No podría olvidarlo por nada del mundo.

El día en el que intercambié mi vida por mi libertad.

-Y, sin embargo, casi logra escapar- objeta. De nuevo, silencio. Su voz es plana, sin ningún tipo de expresión, y aún así siento el peso de sus palabras caer sobre mí con fuerza.

Es verdad. Si esas personas no hubieran intentado matarme, me habría ido con ellas para salir del bosque y volver a casa
Sin dudarlo, sin mirar atrás. No habría contado nada a cerca de todo lo que estoy viviendo, pero eso no va a servir como excusa.

-Amo, es...

-Ya basta, Masky- lo detiene el ser sin rostro. Es tan imponente que aguanto la respiración, como si esa orden también me la dictara a mí -. No has dejado de desobediente desde que trajiste a esta humana. Incluso antes.

Masky baja la cabeza. Puede que avergonzado.

-No voy a matarte, pero ella sí debe morir- sentencia, señalándome a mí.

Entonces, el miedo me provoca una enorme sacudida en el pecho. Las lágrimas ruedan por mis mejillas y me olvido del dolor que siento por el balazo. Me muevo de un lado a otro, histérica y muy asustada, hiperventilando. Quiero ponerme de pie para escapar, salir corriendo, pero Hoddie me agarra con fuerza del brazo.

-¿Quién es el responsable de lo que ha sucedido?- cuestiona de nuevo el ser, con la voz grave. Sin embargo, está tranquilo. Es como si esto en realidad no le importara lo más mínimo.

Mi vida, la de los demás. No le importa nada de eso.

Mis ojos se mueven horrorizados hasta ver a Masky con la cabeza agachada, apretando con fuerza el mango de su cuchillo de caza. Sé que se siente responsable por haberme dejado sola en el bosque. Ambos sabemos que, de no haber sido así, tal vez yo no me hubiera encontrado con esas personas.

-Ha sido mi culpa- me giro rápidamente al lado contrario y veo a Hoddie dar un paso al frente, desarmado y con la cabeza alta, mirando al hombre alto. Ahogo un gemido, sorprendida y desconcertada -. No la mates, castígame a mí.

-¡Hoddie...!- Masky avanza hacia él para detenerlo, pero su compañero alza la mano en su dirección para que no siga hablando.

-Toby estaba con Masky, yo iba con la chica y me alejé de ella.

El gigante pálido se queda en silencio unos segundos que se me hacen eternos. Unos segundos que me estaban matando por dentro. Es como si unas manos me estuvieran estrujando los pulmones y el corazón al mismo tiempo. Siento que me falta el aire, que no puedo respirar.

Schizophrenic[Masky]© Book 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora