Sempiterno: que durará siempre, que habiendo tenido un principio, no tendrá fin.
Meira Bravo es lo conocido como una Kook, pero lo cierto es que ella no cree pertenecer a ese grupo, a ninguno en realidad. Sin si quiera buscarlo encontrará su lugar...
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"A veces el amor no es suficiente y el camino se vuelve difícil, no sé por qué"
A pesar de que se había prometido no volver a verse en vuelta en nada parecido a lo vivido anteriormente.
Meira se encontraba en un barco de camino a Wilmington, Sarah fue a buscarla a su casa y a pesar de que la castaña se negó en varias ocasiones, su abuela fue quien la prácticamente obligo a ir.
Todos los pogues estaban al tanto con lo sucedido, los padres de Kiara se habían encargado de contárselo, y ella había compartido la información con el grupo.
La apariencia de la muchacha no era la mejor, había intentado tapar sus ojeras con maquillaje, pero aún así podían verse, tenía los ojos rojos y constantemente aguados.
Ahora Meira veía a su mejor amiga hablar con su ex novio, todo para convencerle de que les dejase su camioneta para transportar la cruz. A todos les pareció un plan genial, odiaban a Topper, pero Meira había sido y seguía considerándose su amigo, así que no le encantaba la idea de aprovecharse de él.
— Deja de mirarlo así. — le dijo JJ.
— ¿Así cómo? — preguntó la castaña confusa.
— Con pena. — le respondió Kiara.
— Bueno, creo que os olvidáis de que Topper ha sido mi amigo por muchos años. No me gusta ver como la gente se aprovecha de mis amigos.
Sarah volvió con excelentes noticias, el kook había aceptado ayudarles, más bien ayudarla.
Cuando Sarah volvió a la mesa, Meira se levantó para ir a hablar con el rubio.
— Hola, Topper. — saludó llegando a su lado.
— ¡Meira! — exclamó dejando su bebida a un lado. — Me alegro mucho de verte. — sin preguntar le abrazó. — ¿Cómo estás?
— Como la mierda. — respondió sincera.
— Tienes razón, que pregunta más tonta. — negó Topper.
— Tranquilo, esté bien. — le sonrió. — Gracias por preguntar.
— Siento mucho lo de tu madre. — Meira forzó una sonrisa. — Antes de que pasase, pude ir a visitarla. Ella realmente estaba como antes de que todo sucediera.
— Supongo que me alegra de que al menos pudiese volver a la normalidad en sus últimos momentos. Me hubiese gustado estar con ella.
— No te sientas culpable por no haber estado. — dijo Topper sabiendo como se sentía su amiga. — No tienes culpa de nada, pecas.
— Lo sé, solo que es difícil de asimilar.
— Recuerda que puedes hablar conmigo siempre que lo necesites. —le dijo con una sonrisa compasiva.
