Sempiterno: que durará siempre, que habiendo tenido un principio, no tendrá fin.
Meira Bravo es lo conocido como una Kook, pero lo cierto es que ella no cree pertenecer a ese grupo, a ninguno en realidad. Sin si quiera buscarlo encontrará su lugar...
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"Así que mejor corre."
- ¿Qué os jugáis a que Rafe lleva la cruz dentro de ese camión? - preguntó Pope al grupo, a excepción de Kiara que había vuelto a casa.
- Hay una forma de averiguarlo. - dijo Sarah caminado hacia la entrada.
- La tengo que acompañar. - Meira le dijo a Pope y JJ que miraban la escena entre su amigo y la rubia. - Vamos. - tomó la cara de Sarah separándola de los labios de John B.
- ¿Cómo lo abrimos sin las llaves? - preguntó Sarah mirando el camión enfrente suyo.
- Romper la ventana no es una opción, ¿cierto?
- Tengo que entrar. - le dijo la rubia.
- Ni de coña. - respondió la castaña. - Bien, yo distraigo a Rafe y tú coges las llaves. - acabó cediendo.
Entraron sigilosamente en la casa, Sarah a esconderse mientras dio unos toques en la puerta tratando de llamar la atención de alguien.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó Rafe al verla en la entrada de su casa.
- He venido a ver cómo iba todo, ¿Wheezie está en casa?
- Si, está en su habitación. - respondió no muy seguro. - ¿Quieres saber algo más?
Sarah le hizo una seña para que se lo llevase de allí. Con fingida torpeza tiro un jarrón que estaba a su lado.
- Que torpe. - dijo agachándose a recoger lo pedazo. - ¡Ah!
- Joder. - Rafe se agachó junto a ella y tomó su mano entre la suyas. - Es algo profundo.
- ¿Me la puedes curar? - sin poder resistirse a la mirada de la chica Rafe asintió. - Vamos mejor al baño de arriba, me gusta más.
En completo silencio los dos fueron escaleras arriba hacia el baño. Meira se sentó sobre el tazo mientras Rafe buscaba el botiquín.
- Dame la mano. - la chica obedeció y le extendió la mano herida. - Dolerá un poco. - echó dieron en una gasa y comenzó a pasarlo delicadamente por la herida.
- Mierda. - la chica gruñó causando una pequeña sonrisa en Rafe. - Gracias. - murmuró al ver como terminaba de vendar la zona de la herida.
- No hay de que. - dejó un beso sobre las vendas.
- Rafe... aún estás a tiempo de parar con todo esta mierda.
- No tengo tiempo para discutir contigo. - salió deprisa cerrando la puerta antes de que a Meira le diese tiempo a salir.
- Rafe, déjame salir. - pidió nerviosa.
- ¿Crees que no sé por qué has venido? - preguntó enfadado. - No os vais a salir con la vuestra. - se fue dejando a la chica encerrada.
