Prólogo

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PRÓLOGO

Las gotas caían, era una de esas largas tardes que se pasan en casa, pero esta vez sin un fuego que te caliente ni unos juegos de mesa con los que pasar el rato con tu familia. Pasaban las horas y yo estaba desesperada ¿Cuándo volvería? Tardaba demasiado y la espera era eterna, pero a lo mejor valía la pena, encendí mi portátil nuevo y me dí cuenta de que todavía no lo había configurado, ya tenía una escusa para pasar el rato. Mientras las actualizaciones de Windows terminaban de instalarse fui a la cocina, nunca me había dado cuenta de lo luminosa que era, con su suave encimera de mármol blanco, con su nevera rosa fucsia, que era lo primero que me había llamado la atención , era tan rara ,la única nota de color que había en aquel piso húmedo, que hacía un siglo que no había sido pintado y en el cual no había ni una sola nota de color ni de vida; alquilado por 500 euros, era difícil pensar que aquel piso que parecía que en cualquier momento se derrumbaría, se encontraba en aquella ciudad de ensueño, con rascacielos más altos que el cielo y tan modernos que hasta yo, una chica de 21 años, nunca había visto; de repente el pii del microondas me despertó de mis pensamientos, cogí con cuidado la taza caliente de café y volví hacia el ordenador ,solo quedaba una actualización de 28, fui hacia el armario viejo de la esquina, estaba lleno de agujeros que habían dejado las termitas y cogí mi manta de leopardo, era mi preferida, me la había regalado mi padre haciéndose pasar por Papa Noel cuando solo tenía 5 años, ya nada sería igual que, entonces los recuerdos comenzaron a florecer de mis ojos, echaba tanto de menos mi familia y mis recuerdos, pero tenía que ser fuerte, había dejado todo por un sueño que estaba a punto de conseguir, entonces sonó la señal que me indicaría que el ordenador estaba listo para ser utilizado, me senté apoyando mi cabeza en el cabecero de la cama, me tapé con mi manta y cogí mi portatil, cliqué el icono de google chrome, tomé un sorbo de mi café, estaba demasiado caliente por lo que lo dejé en la mesita de noche. Abrí mi perfil en Facebook y comencé a mirar las novedades, la vecina había tenido un bebé que se llama Paola, Felipe y Cris seguían estando juntos y el amor de mi vida seguía buscando el amor...

Una vida tatuadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora