Capítulo 6

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Habían pasado ya tres días desde la inauguración del estudio. Todo había ido tan bien que parecía que el primer día sería todo coser y cantar, tras salir de casa con mis vaqueros blancos, mis zapatos azul turquesa con tacón en color salmón que me había comprado en las rebajas de verano y mi blusa de la suerte, que desprendía un sentimiento positivo.

Fue entrar por la puerta y ver todo listo para empezar a tatuar lo que me impulsó del todo a comenzar de una vez por todas. La puerta sonó con un “toc toc” algo familiar, era Elena que venía a trabajar puntualmente como le había pedido, ella sería la encargada de recoger las peticiones de los clientes y darles cita para que se pudiesen tatuar, la había elegido a ella porque siempre había sido muy extrovertida y lo suficientemente madura como para saber aconsejar ala gente sobre algo tan importante como un tatuaje, que nada mas y nada menos dura para toda la vida.

Venía como siempre con unos vaqueros “baggy” que le quedaban como un guante, su básica de cualquier color extrovertido y como no sus converse de la suerte que le habían regalado cuando cumplió los 17, por aquella época estaban de moda y aunque ahora no las suele llevar nadie ella sigue teniéndolas y poniéndoselas para ocasiones especiales, como por ejemplo su primer día de trabajo.

-Pareces contenta

-¿Como no voy a estar contenta si voy a trabajar en el sueño de mi mejor amiga?-dijo dándome un abrazo-¿Estás nerviosa?

-Un poco la verdad pero al fin y al cabo hay que trabajar

-Por supuesto y por eso tienes tu primera clienta en diez minutos

-¡ Estas loca!-me dio una palmetada en la espalda y yo me dirigí corriendo a mi zona de dibujo para poder trabajar el diseño de la clienta, era una pluma de la cual salían unos pájaros volando, era un diseño muy bonito que me llamó mucho la atención por su originalidad.

Absorta en mis pensamientos el “pii” de la puerta me indicaba que alguien acababa de entrar, me fijé y era una chica ni muy alta ni muy baja, con una larga cabellera morena que caminaba por su espalda dibujando la silueta de su trabajado cuerpo.

-Buenos días- dije acercándome a ella, a pesar de que su cuerpo era perfecto y de que parecía que su economía no iba precisamente mal un brillo de tristeza en sus ojos me llamó la atención hasta que su sonrisa pareció ocultarlo todo.

-Tu debes de ser Daniella, yo soy Sofía y me dijo Elena que viniese a esta hora, supongo que te daría el boceto de mi tatuaje

-Por supuesto y ya tengo todo preparado para comenzar.

La dirigí a la mi zona de trabajo, ella caminaba sinuosamente con delicadeza, parecía una de aquellas niñas ricachonas que salen en las revistas del corazón presumiendo de cuerpo y de casas o simplemente de novio, pero sus ojos ocultaban algo oscuro.

Al enseñarle el dibujo que había hecho para su tatuaje una lágrima pareció asomarse en sus ojos color miel, pero finalmente no se decidieron a salir.

-¿En que parte te lo quieres hacer?

-En la parte del hombro derecho

-De acuerdo, entonces colocate acostada en esta camilla por favor.

Le coloqué una toalla para que no se manchase la ropa que llevaba.

-¿Que significa este tatuaje para ti?Es que es muy bonito y original.

-Es una larga historia, desde que cuando tenía 5 años mis padres se separaron mi vida no ha sido fácil, he tenido que comer de contenedores la comida que la gente rica tiraba, he tenido que pedir a la puerta de los supermercados, pero lo peor llegó cuando tenía los 16 años, comencé a vivir el mundo de la fiesta y comencé a prostituirme porque era una fuente rica de dinero, al principio lo hacía para conseguir simplemente dinero para mis cosas ya que por aquel entonces mi madre ya había conseguido un buen trabajo que nos daba de comer a mi y a mi hermana pequeña, pero la cosa empeoró cuando por una gran discusión esta me hecho de casa. No tenía a donde ir ni nada que llevarme a la boca, en ese momento lo único que me plantee fue ejercer la prostitución más a menudo para poder pagarme un techo donde cobijarme y un pan que llevarme ala boca, por aquel entonces yo seguía una vida normal pero por la noche me iba con cualquier hombre que se ofreciera a pagarme por mis servicios, era muy duro, podías encontrarte a hombres amables o a hombres que podían llegar a hacerte barbaridades pero lo peor era que no podía rechistar por nada, sino me quedaría sin nada. Poco a poco fui ahorrando y consiguiendo mejores “postores” que pagaran mis servicios, ganando así cada vez mas dinero. Comencé la carrera de arquitectura estudiando por el día y ejerciendo por la noche, era muy cansado para mi porque no podía descansar para poder atender en clase, entonces me plantee conseguir otro trabajo ya que me había mudado de ciudad.

Después de un mes buscando sin descanso conseguí un puesto de camarera a media jornada, en ese trabajo me fue bastante bien y con ello fui capaz de apartarme de aquel mundo durante un tiempo ya que el dinero de media jornada no me llegaba para nada y tenía que ejercer a veces, entonces una amiga de la universidad me dijo que su madre necesitaba una dependienta para su tienda, y eso me salvó de todo aquel mundo, nunca podré pagarles todo lo que hicieron por mi porque gracias a ellas nunca más en mi vida volví a ser tocada por un hombre que yo no amase con todas mis fuerzas.

Hace una semana me gradué y ya tengo el titulo de arquitecta que está representado con la pluma y los pájaros representan que soy libre de aquel mundo que me rodeaba .

Terminé de tatuarla con las lágrimas en los ojos, nunca había escuchado una historia tan dura.

-Gracias por contármelo-Dije dándole un abrazo

-De nada, me encanta el trabajo que has hecho-dijo mirándose en el espejo, ahora el brillo de sus ojos solo reflejaban la felicidad de ser por fin libre y poder volar con sus propias alas sin tener que depender de la protección de otros.

Una vida tatuadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora