La mañana había sido perfecta, desayuno en la cama servido por la persona que mas quieres en el mundo y los tímidos rayos de sol entrando por la ventana después de que la luna fuese testigo de la pasión que desbordaba mi cuerpo.
Todo parecía ir viento en popa, eran las 3:14 de la tarde y los muebles del estudio estaban ya colocados, solo faltaba recoger los plásticos que protegían la moqueta del suelo de las gotas de pintura y ya estaríamos listos para irnos de compras para encontrar el vestido perfecto para la inauguración que sería esa misma noche.
De camino a casa Mateo estaba algo serio entonces le pregunté:
-¿Que te pasa amor?
-Estoy algo cansado eso es todo-dijo dedicándome una amplia sonrisa que ocultaba algo que no me quería contar, fue entonces cuando me pregunté cual sería el problema.
Paseábamos por la calle mirando escaparates cogidos de la mano pero sin dedicarnos ni una sola palabra, fue entonces cuando me canse de aquella tontería y le pregunté directamente que le pasaba obligándole a decírmelo.
-Lo que pasa es que hoy es la inauguración y después de lo que pasó esta noche no se que soy yo para ti.
-Tu para mi lo eres todo-dije convencida de mis palabras-creía que ya lo sabías.
-Realmente no porque siempre estuvimos con este tonteo.
-Yo quiero estar contigo porque después de todo lo que nos pasó ayer creo que eres el amor de mi vida sin duda alguna.
Mateo pareció volverse loco y comenzó a besarme con aquella delicadeza que tanto me gustaba.
-Te quiero y no sabes las ganas que tenía de decírtelo y demostrártelo.
-Yo también te quiero pero como no nos demos prisa no conseguiremos llegar a la inauguración a tiempo.
-De acuerdo, vamos.
Seguimos caminando, Mateo ya tenía otra cara, tenía una sonrisa de oreja a oreja que no ocultaba nada, era limpia y pura y con ella me demostraba todo lo que sentía por mi y en ella reflejaba todo lo que yo sentía por él.
Un destello blanco llamó la atención de mis ojos llevándolos directamente a aquel vestido de novia que me había enamorado.
-Cuando quieras te lo compras-dijo Mateo rodeándome fuertemente con sus brazos pero delicadamente como él siempre lo hacía.
Yo lo miré y tiré de él dejando atrás aquella joya y centrándome en encontrar el vestido perfecto para la inauguración.
-Mira, ¿te gusta este?-dijo Mateo señalando a un vestido rosa fucsia en palabra de honor con un cinturón lleno de piedras preciosas en azul klein. Era perfecto.
-Entremos y me lo pruebo-dije con una sonrisa que no pude disimular, aquel vestido me encantaba.
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Una vida tatuada
Historical FictionUna chica consigue gracias a su esfuerzo muchos de sus sueños, pero cuando cree que lo tiene todo su mundo comienza a girar en contra de su voluntad...