Prólogo

1K 38 8
                                    


Un pelirrojo iba caminando por la finca mariposa tranquilamente, ya se estaba recuperando y eso le alegraba. Si sigue así, podrá volver a hacer misiones otra vez. desde que se fracturó su muñeca no a podido entrenar.

Y a él no le gustaba estar sin hacer nada, se sentía mal porque las chicas tenían que cuidarlo. No quería ser una carga.

— Mhm... ¿Dónde estarán Inosuke y Zenitsu — se preguntó mientras caminaba hacia el patio.

— Tanjiro, te busca Shinobu-san — Le informa una pelinegra que justo estaba en la entrada del patio.

— Gracias por avisarme — le sonrió. — ¿Dónde  se encuentra?

— En su oficina —. La pelinegra se despidió y fue al patio para terminar de abrir algunas sábanas que había lavado.

— ¡Muchas gracias, Aoi-san! —

El pelirrojo se dirigió hacía la oficina de Kochou Shinobu, el pilar de la mariposa.

Al llegar, tocó la puerta.

— ¿Shinobu-san? —

— Pasa, Tanjiro. —

El joven abrió la puerta y pasó, acercándose a la pelinegra de puntas moradas que estaba sentada en su escritorio.

— ¿Me estaba buscando?

— Sí, Tanjiro. Necesito que me hagas un favor.

Esto le alegro más de lo que debería, por fin podría hacer algo.

— ¡Claro, Shinobu-san!

— Bueno, lo que sucede es que el idiota de Tomioka-san se dejó envenenar de un demonio y como es un emo que todos lo odian, no quiso tomar su medicamento porque el prefiere morirse — Se tomó un momento y suspiro. — Queria pedirte que se llevaras y lo convencieras de que se lo tome, el se lleva mejor contigo.

El pelirrojo abrió los ojos en grande, le sorprendió mucho.

¿Tomioka-san se quiere morir? No, eso no...

— ¡S-si, se lo llevare ahora mismo! Y a Tomioka-san nadie lo odia...

La pelinegra de puntas moradas, puso los ojos en blanco.

— Pero si todos lo odian — dejo el tema de lado y sonrió —. Cuento contigo, Tanjiro.  Sim embargó, no es necesario que lo lleves ahora, pronto va a anochecer y tu muñeca no está muy bien aún.

— ¡Tranquila, Shinobu-san! Iré ahora. —

Decidió no insistir mucho, el pelirrojo era muy terco en ocasiones.

— Como quieras, ten — le entrega una cajita con un papel. — Hay está su medicamento y por dónde tienes que dirigirte, cuídate.

— ¡Esta bien! — Lo recibe y se da la vuelta para salir. — ¡Hasta pronto, Shinobu-san!

Salió y cerró la puerta.

— Nos vemos tanjiro-kun... —

Sabía que si le inventaba que se iba a morir, iría enseguida, soy bien inteligente.

Pensó mientras sonreía en modo de victoria.

— Yo siempre gano, Tomioka-san...—

_______


Las indicaciones que me dio Shinobu-san, son confusas.

El pelirrojo miraba el papel con confusión, no entendía muy bien. Tenía dos caminos delante suyo y no sabía por cuál ir.

Solo te quiero a ti (Giyuutan) RETOMADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora