Capítulo 1

731 38 18
                                    

||Capitulo editado, cambie y agregue muchas cosas||

El pilar del agua miraba la luna, se había subido al techo de su finca. Siempre hacía lo mismo. Además que había tomado caldo de pollo para tratar de mejorarse. (Se lo dijo una anciana que encontró)

Preferiría tomar algunos caldos que tomar los medicamentos de Kochou.

Mientras miraba la luna, se puso a reflexionar sobre sus sentimientos.

¿Hasta cuando tenía que esconder sus sentimientos?

¿Por qué tuvo que enamorarse de un menor de edad?

Ya no aguanta tener que esconder sus sentimientos, amaba a ese chico pelirrojo...

Y no le gustaba eso, trataba de reprimirse, olvidar lo. Pero no podía y una culpa siemore lo invadía, no solo la culpa de su hermana y su mejor amigo, también la culpa de quien eligió enamorarse.

Aun no entiende como ni cuando sucedió.

El era un chico muy amigable, lindo, gentil... no merecía a alguien como el.

Es menor de edad...

¿Y si no es correspondido?

¿Y si me deja de hablar?

Soy muy poca cosa para el, no merece a un idiota cómo yo.

Su mente siempre se llenaba de esos pensamientos, sintiéndose cada vez más patético.

- Ahg, Giyuu... eres un idiota. - Murmuró para sí mismo, suspirando.

- ¡Tomioka-san! - escucho esa voz tan familiar.

- ¿Kamado? - se cuestionó extrañado, no recordaba haberlo llamado y el no conocía su finca como para visitarlo.

Se bajó del techo de un salto, arrepintiendose por el puntazo de dolor que le llegó. Se acercó al portón de su finca y lo abrió, encontrándose con el pelirrojo y su brillante sonrisa.

- ¡Que bueno que está despierto! - el pelirrojo sonaba aliviado - Shinobu-san me pidió que le trajera sus medicamentos.

Entonces recordó lo que Kochou le había dicho antes de que se fuera, maldijo en su mente.

Estúpido ser maligno.

- ¿A esta hora? ¿No podía esperar hasta mañana?, Es peligroso que andes solo por los bosques de noche -.

- De hecho, salí un poco más temprano... Es solo que me había perdido - murmuró avergonzado. - Y traigo mi katana.

- Mhm... ya veo. Aunque tengas tú katana, no la puedes usar bien debido a que tu muñeca está lastimada, ¿No?

- Tiene razón...

El pelirrojo se sentía avergonzado y nervioso, no solía hablar mucho con el pilar del agua.

Lo normal sería que le dijera unas tres palabras.

- Entra, es peligroso estar así -. Dejo pasar al pelirrojo mientras suspiraba.

Solo te quiero a ti (Giyuutan) RETOMADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora