Enlace

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Gustavo Ferrer no era más que un muchacho a diferencia de lo que creía Nines. El chico era pequeño y delgado, de cabello rubio platinado, tenía apenas unos veinticinco años aunque parecía haber vivido toda una vida y la vida de alguien más por su expresión cansada, su rostro era alargado y bien parecido, aunque las marcas del acné le quitaban elegancia.

-He escuchado algunos rumores sobre Hernan, pero creo que son mal intencionados -Dijo el joven mientras tomaba un trago de whisky- Si Hernan estuviera involucrado, estoy seguro que ya estaría muerto.

-Hablé con él y sospecha de unos jóvenes -Aclaró Gavin, quien estaba sentado frente al chico, en un sitial alto con patas de madera talladas a mano.

Nines miraba desde una distancia prudente, prestaba atención a cada palabra, cada gesto, cada movimiento en ambos esperando encontrar algo.

-Este asunto del RedIce me ha comenzado a molestar, he sacado a algunos intoxicados de mi club ya que parecen zombies al consumirlo, estoy seguro que es droga contaminada. Por ahora no sospecho de nadie, pero puedo decirte que la mayoría de jóvenes que salen de aquí por culpa de esta sustancia, van directo al club de Hernan, quizás su seguridad está flaqueando o hay alguien que los está recibiendo -Dijo el muchacho al peinar su cabello hacia atrás con sus dedos.

-Todos los cuerpos que hemos encontrado tiene los mismos patrones, desafortunadamente ninguno deja alguna pista, no hay huellas ni caspa, ni siquiera algún cabello, los chicos son torturado pero no hay fluidos o...

-Entonces Hernan no es, todos sabemos que es un imbécil -Dijo el muchacho al voltear la mirada hacia Nines- ¿O ha venido porque soy un sospechoso?

Gavin y Nines cruzaron miradas silenciosas, parecían pensar en lo que decía el muchacho, pero finalmente Gavin volteó negando con la cabeza.

-Si fueras sospechoso traería a alguien más, vengo ahora por ayuda, estoy a manos atadas con este caso y he comenzado a desesperarme.

-Quizás tienen que estar más por estos alrededores, no quiero policías en mi club, pero no me molestaría tener una patrulla a algunas calles de aquí  -Miró nuevamente a Gavin y sonrió levemente- De todas maneras, quiero que resuelvan esto canto antes, la gente a comenzado a rumorear y hay una baja en mis clientes por culpa de las muertes de esos jóvenes -Tomó un trago más- La próxima vez que vea a alguien con esos cristales, seré yo mismo quien les dispare en la cabeza -Rió levemente por aquella broma, aunque sonaba bastante real.

Gavin volvió al departamento de policías dejando nuevamente a Nines tirado en la calle, al androide se había dado vuelta para ver el club por ultima vez sintiendo el sonido del motor del auto, en cuanto volteó, Gavin ya se estaba alejando sin siquiera mirarlo.

Tras dar algunos pasos siguiendo el recorrido del auto de Gavin, Nines se detuvo, frunció la nariz  y apretó los dientes conteniendo el grito de ira que guardaba, respiró profundo mientras activaba sus aplicaciones y llamaba un taxi.

-No te quejes -Gruñó y volteó hacia la calle mientras cruzaba sus brazos- Tú comenzaste -Habló para sí.

El caso seguía siendo una mezcla de información, muerte y drogas, no había nada claro, nada concreto, sólo testimonios aleatorios. Desde ahora debía ponerse serio, debía prestar más atención, quizás revisar los cuerpos con mayor exactitud, incluso debería pedir ayuda a Connor, no podía dejar pasar más días.

-¿Dónde estabas? -Preguntó Fowler en cuanto vio acercarse a Nines. El mayor estaba frente al puesto del androide, con los brazos cruzados y espalda recta.

-Estaba con Gavi...

-Gavin está en un caso mientras tú das vuelta por el parque -Interrumpió con tono irónico.

En mis manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora