También te quiero

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Gavin no era tan complejo, pensó Nines, tras haber devorado unas seis donas y haberse tomado todo el café, aceptó una camisa de Nines y que este lo ayudara en el baño para quitar la sangre pegada en sus orejas y nuca.

El detective reía como un niño cuando estaba boca abajo en la bañera, con la mitad del cuerpo dentro para no mojarse los pantalones, escupía el agua y reía cuando esta entraba a su nariz mientras Nines luchaba por no tocar bruscamente las heridas en su cabeza y cuando por fin parecía aseado, le ayudó con la camisa ya que el detective parecía no poder moverse apropiadamente, abrochó los botones y luego le ayudó a secar el cabello con una secadora, aunque Gavin se negó un par de veces, terminó sentado en el inodoro con los ojos cerrados disfrutando el viento cálido en su cabeza.

Salieron del departamento de Nines a eso de las ocho, el androide con su impecable uniforme y Gavin usando una camisa unas tallas más grande que él y un abrigo largo, algo elegante para su gusto, pero su ropa estaba muy ensangrentada y Fowler comenzaría a hacer preguntas, por lo que aceptó las ropas del androide como un préstamo.

-Bien -Dijo Nines al acercar su silla al puesto de Gavin cuando este se sentó en su propio puesto- Primero tenemos que tener una buena historia para Brown, por lo que diremos que claramente lo que dije en el club es mentira.

Gavin sólo asintió mientras lo veía, aun parecía curioso por la textura de su piel, pero aun así intentaba prestarle atención.

-Diremos que soy su compañero pero usted me mantiene haciendo sólo el papeleo y mi curiosidad me lleva al club, por lo que tendré que darme algunas vueltas...

-Estamos diciendo la verdad -Interrumpió Gavin, se acomodó en su silla entre quejidos, prendió la pantalla de su computadora y abrió algunos documentos- Entenderás que las investigaciones que hicimos fueron sólo para engañarte.

-Ahora lo sé -Respondió Nines con tono molesto mientras volteaba hacia la pantalla del computador.

-Ferrer sabe del trafico y entendió que te estaba engañando.

-¿Hernan? -Preguntó Nines al reposar su espalda en silla mientras se cruzaba de brazos.

-Hernan es un imbécil, sólo actúa como él ¿Sospechabas de él?

-No, pero tenía que intentar algo.

Gavin rió un poco mientras buscaba en la pantalla de su computadora.

-Para empezar -Dijo Nines- ¿Quién es el líder?

-No lo sé -Respondió rápido mientras venia la pantalla- Creo que Jareth tampoco lo sabe, sólo recibe información a travez de los otros y creo que los otros reciben información a travez de otros, es todo muy cerrado, yo soy sólo un guardia, haciéndolos callar cuando veo a alguien sospechoso y haciéndolos entrar en conversaciones absurdas cuando veo algún agente infiltrado, de echo todos cambiaran sus celulares porque les dije que pudiste haberlos interferido.

-Lo hice -Gruñó y miró el perfil del detective- Hubiera sido de ayuda.

-No lo creo -Mostró la pantalla de su computadora y volteó hacia Nines- Lo que tengo es esto. Todos los chicos son de Maine, al ser un lugar seguro, caen en cualquier mentira barata y terminan en bolsas negras a la orilla de... -Se interrumpió y bajó para ver más información- Estas son las personas involucradas que he logrado identificar, todos cumplen roles, por ejemplo, Jareth se encarga de hacer que los muchachos entren a Detroit de forma segura.

-Estas son personas importantes, sé que ganan mucho dinero pero ¿Por qué?

-No te imaginas toda la plata que se mueve, pero toda está retenida -Informó y volvió a ver a Nines- No es que trafican a Detroit, lo que hacen es hacer llegar la mercancía y distribuirla hacia Canadá.

En mis manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora