Through Everything [En Emisión]

Posiciones de Guerra

- ¡Jung Min! No hagas eso ¡Arruinaras mi trabajo!

- Mine, no quiero contradecirte, pero no creo que estés haciendo bien tu trabajo.

-¿Tú que sabes? - hice un esfuerzo y pude quitarle a Jung Min mi lápiz y mi libreta.

Después de aquella discución, nuestra relación volvió a hacer la misma. Y ahora, luego de poner en orden mis ideas, estaba lista para crear un excelente canción... Aunque Jung Min no pensaba lo mismo.

- No sé mucho, pero es una canción que cantaré. Así que debo tener voz y voto.

- Pues no, no lo tienes - Jung Min sonrió ¿Cómo puede divertirle hacerme enojar?

- Ya en serio Mine, no voy a cantar tu canción si no la arreglas.

- No creo que tengas opción. Fui elegida para esta tarea.

- Igual yo.

- ¿Quieres simplemente dejarme en paz? Sabes, ahora no me vendría mal que me ignoraras.

- ¿Hablas en serio? - preguntó algo dolido.

- No. Creo que mis hormonas hablaron por mí, lo siento.

Jung Min asintió, y después permaneció en silencio, como si hubiera hecho caso a lo que le había pedido, y no volvió a dirigirme la palabra. Dude al principio, pero tenía el tiempo encima, así que decidí concentre en la canción, en mi libreta y los versos que estaban escritos en ella. El silencio del estudio era de mucha ayuda, y las letras llegaron a mi mente.

Luego de unos minutos, la letra estaba casi completa, pero aún sentía que algo le faltaba, era como si tuviera un rompecabezas de mil piezas frente a mí, sin conocer si quiera la imagen que debia formar. Jung Min tuvo su mirada sobre mí todo este tiempo, esperando que le pidiera ayuda. Lo conocía, sabía que su ojos arrogantes estaría justo ahí si volteaba a mirarlo, pero no me vi tentada a hacerlo... Hasta ahora. Casi pude ver como se formaba una sonrisa burlona en sus labios, y cuando mis ojos llegaron hasta tu rostro no pude si no confirmar mis sospechas.

- No te reías.

- No lo hago - Suspire y entregue el cuaderno. Lo tomó de inmediato y vi como sus ojos revisaban cada sección de la hoja - No me gusta.

Ojala se tratara de una broma para hacerme enojar, pero su rostro se mantuvo serio. No me quedó más que tragarme mi orgullo y empezar una pequeña discusión.

- ¿Qué es lo que no te gusta? - Jung Min se acercó a mí, y dejó la libreta frente a mí.

- Esta parte de aquí... - tomó el lápiz y encerró el verso al que se refería.

Jung Min empezó a explicar su punto de vista sin insultar o agredir mi trabajo. Me encantaba que fuera tan considerado conmigo, cuando era consiente del carácter que tenía. Procuré poner atención, pero su tierna amabilidad me hizo perderme en su voz, en el movimiento de sus labios, y en como su cabello caía sobre sus ojos.

- ¿Mine? Mine ¡Mine! ¿Estás escuchándome?

- Ah, claro que sí...

- ¿Segura? - pregunto entre risas - No estas mirando la libreta. Estamos trabajando en este momento.

- ¡Si lo hago!

- No te creo.

- ¡Que sí! ¡Y no me discutas!

- Tú me pediste ayuda.

- Pues sí, pero...

- ¿Ves?