Cuida de Mi

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7:15 marcaba el reloj de mi habitación, para esa hora mi cabello ya estaba peinado, había tomado una ducha y vestido para la ocasión, solo me encontraba arreglando la mascada color gris que adornaría mi cuello.

- Tock Tock - dijeron a mis espaldas, al mismo tiempo que tocaban la puerta. Por el espejo pude ver el reflejo de Jung Min, estaba cruzado de brazos, y recargado en el umbral de la puerta. Sus largas piernas eran enmarcadas por un ajustado pantalón de mezclilla obscuro que haría babear a cualquiera, un suéter en V delineaba sus hombros y su cabello caía con gracia sobre su frente.

El chico de mis sueños me estudió con la mirada, y una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro. No pude evitar sonrojarme, así que puse toda mi atención en la mascada.

- Supongo que no debo preguntar como entraste.

- Podrías, pero ya sabes la respuesta - Jung Min sonrió, y le devolví la sonrisa mientras volteaba a verlo. Me acerqué a él, rodé su cuello con mi manos y dejé un casto beso en su mejilla. Jung Min hizo un puchero - ¿Solo eso? - Asentí, y el suspiro - Ya que...

- ¿Cómo me veo? - pregunté y me separé de él para dar una vuelta. Jung Min entrecerró los ojos y se tocó la barbilla.

- No sé... ¿Envejeciste? Te ves muy grande - lo mire mal - ¿Qué? Tú preguntaste.

- Morirás.

Segundos después, Jung Min y yo corríamos por toda la casa. Era un poco difícil para mí, por mi enorme vientre, pero no por eso dejaba de ser divertido.

- ¡Ven aquí Jung Min! - ordené desde un extremo de la mesa de centro de mi sala.

- ¡Jamás! - dijo mientras sonreía. Me acerqué a él, y Jung Min corrió hacia el otro extremo de la mesa.

- ¡Jung Min! - él solo reía mientras su sonrisa se ensanchaba.

Me hubiera gustado que nuestra pequeña "pelea" siguiera para siempre, pero el timbre de la puerta sonó.

- ¿Eh? ¿Tan rápido?

- Supongo que sí - respondí y me encaminé a abrir la puerta. Jung Min me detuvo e hizo un ademan - Sueltame, tengo que abrir - susurré y Jung Min negó. Jale mi brazo con fuerza y al fin pude liberarme de su agarre.

- Hola - dijo Shouta cuando abrí la puerta.

- Hola.

- Llegas algo temprano ¿No? - preguntó Jung Min a mis espaldas.

- Supongo que no tan temprano, ya que ya estás aquí - Jung Min frunció el ceño. Una risa nerviosa salió de mis labios.

- ¿Qué les parece si hago hotcakes para el desayuno?

- ¿¡Le harás el desayuno!?

- ¡Es para todos Jung Min!

- ¡Pero... !

- ¡Acepto! - Shouta entró a mi casa, y a Jung Min casi se le cae la mandíbula - Y... ¿Cómo estás Mine?

- Es..

- ¡Está bien! - respondió Jung Min en mi lugar, y rodeó mis hombros con uno de sus brazos. Shouta rodó los ojos. 

- No te preguntaba a ti, pero gracias por responder - ambos se quedaron callados, mirándose el uno al otro con ojos asesinos.

- Bien, creo que iré a la cocina - anuncié nerviosa, y poco a poco me liberé del agarre de Jung Min, procurando que no se sintiera ofendido por salir de sus brazos.

- ¿Necesitas ayuda? - preguntó Shouta.

- No, estoy bien. Solo deben esperar un rato - respondí, y empecé a sacar todos los ingredientes.

Through Everything  [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora