Confesiones.

264 1 0
                                    

- Así que...un chico - empecé a decir.

Melhya, Jenna y Ayane ya estaban en mi habitación, las cuatro sentadas en mi cama, mientras comía mi nueva combinación de nieve choco-limón.

- Si, un chico, obvio... No soy lesbiana - contestó la pelirroja, con un tono seco y sarcástico, para después seguir comiendo nieve de limón de su vaso.

Ayane no tenía mucho helado en su vaso cuando llegó a mi habitación. Por su parte, Melhya y Jenna, estaban tan emocionadas con la noticia que les dio Ayane, que no probaron bocado de su nieve hasta que todas estuvimos sentadas en mi habitación. No queríamos hostigar a nuestra maknae, pero eso era precisamente lo que estábamos haciendo. La más joven del grupo nunca nos presentó a ningún chico, tampoco es que se haya interesado en alguno, y es por esa razón que todas queríamos saber más acerca de este desconocido.

- ¿Lo conocemos? - preguntó Jenna con cierta emoción.
- Sí - respondió Ayane con normalidad.
- Y... - comenzada a decir Melhya.
- ¡Ya! No pregunten más porque no les voy a decir nada - canturreó felizmente, y todas nos quejamos en silencio.
- Pero ¿¡Por qué!? - pregunté en voz alta y rompiendo el silencio.
- Es la primera vez que nos dices que te gusta un chico y ¿No vas a decirnos quién es? - preguntó Melhya indignada.
- Así es - contestó con orgullo.

Se veía bastante entretenida, y divertida con nuestras reacciones, es decir, le daba gracia nuestra desesperación.

- ¡Pero Ayane, eso no es justo! - chilló Jenna.
- No. Voy. A. Decir. Nada. Así que pueden darse por vencidas - Ayane terminó nuestra conversación, y también con la nieve que de su plato.

Melhya, Jenna, y yo, nos miramos con tristeza y decepción, pero por dentro estábamos felices. Nuestra pequeña Maknae al fin había encontrado un chico que le gustara. Nada podía hacernos más felices pero¿¡Qué mal le hacía a Ayane decirnos quien era el chico!? ¡De verdad no podía con la frustración!

- Pero... - dije en un esfuerzo desesperado por saber aunque fuera el nombre del misterioso chico, pero un sonido familiar nos interrumpió a todas y a nuestro momento de frustración.

El sonido de mi teléfono celular.

- Oh Oh - canturreo Jenna, mientras mi teléfono sonaba una segunda vez.
- Increíble - dije impresionada.
- ¿Qué sucede? - preguntó Melhya.
- Míralo tú misma - Levante mi teléfono para Melhya, pero terminó siendo observado por las tres curiosas chicas que había en mi habitación.

En la pantalla estaban las notificaciones de dos mensajes. El primero era de Jung Min, el segundo de Shouta.

Jenna silbó.

- Ay - se quejó Melhya.
- ¡Chica, qué problema! En serio - completó Jenna.

Mire mi celular resignada y con un puchero en mis labios ¿Qué tan intensos podían ser esos chicos? Ambos mensajes preguntaban a qué hora, ambos chicos, tendrían que estar en mi casa mañana. El primero terminaba con un corazón, un beso de buenas noches y un "te extraño". El segundo, se despedía con seco "descansa".

- ¿No crees que podrías gustarle, de verdad, a Shouta? - comentó Ayane.
- ¿¡Que!? / ¿¡Bromeas!? - dijieron al mismo tiempo, y casi inmediatamente después de que el desagradable comentario había sido dicho, Melhya y Jenna.

Yo me quedé muda.

- Solo piénsenlo, piénsenlo un momento. Todo tiene sentido ¿¡No!? - insistió Ayane.

Las tres nos quedamos en silencio, y estoy segura que todas empezamos a masticar la idea, pero simplemente era horrendo simplemente imaginarlo. Shouta y Jung Min eran amigos, inseparables, como hermanos así como Ayane y yo, así como todas nosotras. Eso no podía pasar.

Mire a mis amigas, y estaban igual de aturdidas que yo... Excepto Ayane.

- Imposible - comentó Melhya en voz baja, pero aún así la escuchamos.
- Es verdad. Shouta no podría, no se atrevería - agregó Jenna.
- ¿¡Por qué no pueden creerlo!? - dijo Ayane algo ¿enojada? - Es una posibilidad, Mine y él van a tener un hijo, es...
- ¡No vamos a tener un hijo por que queramos, si no porque tu jugaste una de tus lindas bromitas! - grité, sintiendo como el calor de la furia corría por mis venas.
- Bueno y ¿¡Qué tal si a Shouta, de repente, le dio por agradarle la idea de tener un hijo contigo!?

Las palabras que salían de su boca eran venenosas y dañinas ¿Qué ganaba con decir esas estupideces? Solo complicaba más la situación.

Melhya y Jenna no decían palabra, pero la mirada en sus rostros era de confusión y molestia.

- ¿Cómo te atreves si quiera a decir, perdón... siquiera a pensar en eso? - pregunté enojada.
- Solo estoy siendo objetiva. Sé... - Ayane nos miró a todas antes de continuar, como para estar segura de que la estábamos escuchando, y de que no fuéramos a explotar después de lo que sea que ella iba a decir - sé que esto sería una gran problema para Mine, y para...para...

Ayane no quería decir el nombre de mi novio... ¿Qué ocurría aquí? La mire con recelo, esto era raro. No había visto así a Ayane en mucho tiempo.

- Para Jung Min - dijo al fin - pero deben pensar que tal vez por eso Shouta ha estado extraño estos días. Si piensan de esta manera, pueden llegar a una solución - Ayane lucia convencida de sus palabras - En cambio si siguen fingiendo, y actuando como si no pasará nada, las cosas solo se volverán a complicar.

Hubo un momento de silencio infinito. Podía sentir como todas en la habitación estaban tan tensas que bien podrían compararse con estatuas de un gran jardín. No sé si fue bueno o malo, pero todos los sentimientos hormonales que cualquier embarazada podría tener, salieron a la luz en ese instante.

- Aun si yo le gustará a Shouta y, en el peor de los casos, se peleará con Jung Min, y las cosas se complicaran más de lo que ya son - dije mirando a Ayane directamente a los ojos - Yo no dejaría a Jung Min por algo como eso, me importarían muy poco los sentimientos de Shouta.
- ¿Aunque sea el padre de tu hijo? - preguntó Ayane con despecho.
- ¡Aunque sea el padre de mi hijo!

Silencio.

Los ojos de mi amiga, y los míos, se conectaron en una lucha confusa. Ayane me sostenía la mirada con desafió, pero yo estaba muy segura de cuál era el problema.

- A demás, estoy segura de que Jung Min no dejaría a Mine, aunque ella le gustase a Shouta - completó Melhya. Lucia nerviosa, y era obvio que dijo lo primero que se le vino a la cabeza. Sin embargo, la tensión se fue dispersando gracias a ese comentario.
- ¡Sí! Aparte Mine y Jung Min son muy unidos. Han pasado por tantos problemas, que me faltarían palabras para describir la conexión que tienen - Esta vez cogió una cucharada de su nieve. Se le veía más relajada - Algo así no se rompe tan fácil.
- Te apoyaremos Mine - Melhya me regaló otra de sus sonrisas, y pasó uno de sus brazos por arriba de mis hombros - No te dejaré sola en esto ¿¡Me oyes!?
- ¡Tenlo por seguro chica! No nos iremos de aquí hasta que ese bebé nazca - Jenna señalo mi vientre, sonrío, y todas reímos un poco.

Escuchar esas palabras fue como sentir que volvía a respirar. Una sonrisa sincera se dibujó en mis labios. Sí, era fantástico que todo el mundo supiera la gran relación que teníamos Jung Min y yo.

Confiaba en él.

Confiaba en nosotros.

- Por cierto, el pequeño galán ¿Ya tiene nombre? - preguntó de repente Jenna con una sonrisa.

Negué.

- No, aún no tiene nombre - respondí y la presión de un molesto nudo en mi garganta se hizo presente. En un reflejo acaricié mi pancita, últimamente era lo que hacia cuando mis sentimientos amenazaban con desbordarse - todavía no sé cómo llamarlo.

Maldije en silencio, ahí estaban de nuevo los intensos sentimientos hormonales.

Mis amigas reían al verme tan conmovida, acariciaban mi cabello y mi espalda. Jenna y yo comenzamos a jugar con mi vientre y Melhya solo sonreía mientras nos observaba.

- Tal vez Ayane pueda darnos alguna idea para el nombre del bebé - sugirió Melhya - ¿Qué di..? - calló, y un nuevo silencio inundo la habitación.

Al no escuchar ninguna respuesta, Jenna y yo levantamos la mirada.

Ayane ya no estaba, y de un momento a otro...Se escuchó un portazo en el primer piso

Through Everything  [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora