III Daño Colateral

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─ ¿acaso estás oyéndote a ti misma? Cada una de tus palabras carece de sentido…

─ Ben…no lo hagas más difícil. La decisión está tomada.

En el interior de un pequeño restaurant en Little Innsmouth, una pareja bastante peculiar se encontraba charlando entre susurros. A pesar de eso, era inevitable que llamaran la atención de todos los presentes. Por un lado, estaba Annie; La famosa estrella televisiva de la cual todos hablaron por mucho tiempo. Su show era muy querido por los niños, y eso a veces significaba tener poca privacidad para sí misma. Podría ser una molestia, pero no podía negar cuanta ilusión le hacía ver la sonrisa de los niños cuando se fotografiaban juntos, o les daba un autógrafo…sentía que su lucha servía para algo. Pero últimamente, no podía evitar dudar de su causa. No era ciega y al final de cuentas, estaba viendo que su programa solo era entretenimiento. El mensaje que quería dar llegaba a los corazones de los niños, pero a medida que crecían, los problemas y la realidad se encargaban de diluir lo que ella con mucho esfuerzo les intentaba inculcar. Era una causa perdida, y sentía que necesitaba abordar el problema desde un Angulo… un tanto diferente. Actuaría directamente sobre el problema a su manera, y era algo que el hombre frente a ella no podría evitar.

El sujeto frente a ella no tenía ninguna fama que lo precediera, pero su increíble tamaño lo hacía resaltar a donde sea que fuera. Big band, la banda de un solo hombre. Una trágica historia se cernía sobre él, y sentía que de entre todas las personas, el entendería lo que ella quería lograr. Al final de cuentas, Eran dos caras de la misma moneda. Ambos tratando de hacer el bien, hacer lo que creían correcto y sobreponer sus ideales de justicia sobre lo que otros le decían. La venda sobre los ojos de Ben cayó al suelo al mismo tiempo que su cuerpo casi muerto. Había tocado fondo, y probado en carne propia la cruda realidad de un mundo cruel y despiadado. Le fue dada nueva vida… y allí estaba, viviéndola en relativa paz. Pensaba que Ben la entendería y le ayudaría a conservar esa paz.

Una Skullgirl aparecía cada cierto tiempo, pero habían males peores que se mantenían toda la vida. Movilizar todas sus fuerzas en acabar con la Skullgirl le parecía un poco hipócrita. No estaba mal, la Skullgirl era una seria amenaza que no debería tomarse a la ligera… pero mantenerse de brazos cruzados mientras el reino Canopy era sometido por la mafia, y reinado por un régimen totalmente autoritario… le parecía absurdo. En conjunto eran un mal incluso peor que el Skullgirl. Y Los Medici posiblemente tenían una pila de cadáveres más grandes que los provocados por la más reciente Skullgirl.

Pero Annie se equivocaba, Ben no estaba entendiéndola en lo absoluto. No estaba compartiendo su idea, y no pretendía darle su apoyo. Estaba decepcionada, pero muy en el fondo lo entendía. Lo que Annie pretendía hacer difícilmente seria bien visto. Ben tendría que pensar un poco fuera de la caja, pero la idea de cuantas víctimas inocentes se verían en el fuego cruzado se lo impedía. Además, no podía evitar pensar que el juicio de Annie había sido nublado por la venganza. La muerte de Umbrella la había cambiado de una forma que Ben no podía entender del todo.

Para él, la idea de enfrentar a los Medici y los Renoirs le era impensable. ¿No era eso lo mismo a inicial una guerra? No podría dormir en las noches sabiendo que formo parte de todo ese caos. Pero tampoco podría descansar tranquilo sabiendo que le había dado la espalda a una amiga incondicional…estaba entre la espada y la pared. Y lo máximo que podría hacer era hacerla desistir.

─ Annie, existen otras maneras. Tu programa por ejemplo ¿realmente crees que nada ha valido tu esfuerzo? Tiempo perdido, sudor desperdiciado. ¿Crees de verdad eso?

Annie no pudo evitar enarcar una ceja ante aquella pregunta. Como si la respuesta fuera absurdamente obvia. Aun así, se limitó a responder con una sonrisa en la cara. Por algún motivo la dulce sonrisa desentonaba de manera extraña en  su rostro infantil de aspecto agotado y con grandes ojeras difíciles de ignorar. Ben no podía evitar mirarla con algo de pena. Se le veía demacrada, quizás un poco enferma. Notaba algo de palidez en su piel, y su cabello hecho un total desastre no la hacía quedar nada bien.

Endless Despair (Skullgirls)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora