─ Entonces... ¿vamos a entrar? Llevamos... alrededor de tres horas, veinte minutos y... quince segundos para ser exactos ¿Cuándo se volvió esto una misión de vigilancia?
Un tiempo considerable, debía admitir. Incluso ella podía sentir una ligera sensación claustrofóbica. Se sentía incomoda, apretada, y echaba de menos un poco de aire fresco. El hombre a su lado tenía razón ¿Cuánto le tomaría armarse de valor para bajar del coche y tocar la puerta? La respuesta llego de inmediato.
Todo el tiempo del mundo.
Nunca lograría encontrar el coraje para hacerlo, pese a tener la determinación de frenar sus impulsos de pedirle al hombre tras el volante dar la vuelta y volver al castillo con el rabo entre las piernas. No se veía capaz de abrir la puerta e ir tras su objetivo. Pero tenía que hacerlo, debía hacerlo.
─ En ningún momento, vayamos de inmediato.
Las puertas delanteras del coche se abrieron, en perfecta sincronía, dejando que una ligera corriente de aire frió entrara en el auto. Parasoul inhalo, con fuerza. Sintiendo como sus pulmones se llenaban de aire hasta su máxima capacidad, luego exhalo. Eso la hizo sentir más calmada y centrada. Entonces bajaron.
Las luces apagadas y las cortinas cerradas. En conjunto con la hora y el silencio sepulcral le hacían pensar que estaban durmiendo, maldijo para sus adentros. A duras penas eran las diez... como sea toco la puerta. Toques suaves con sus nudillos, nadie respondió. Intento una vez más, golpes con su palma abierta, el puño cerrado. Nada. Se mordió el labio inferior, visiblemente frustrada. ¿y si gritaban?... Definitivamente no, se sintió estúpida por siquiera considerarlo.
Dar la media vuelta e irse, eso tenía pensado hacer de no haber sido porque en ese preciso instante, la puerta finalmente abrió. Allí estaba. Cabellos verdes y desarreglados. La inexistencia de trenzas en su cabeza la hacían ver extraña, tener el cabello suelto de esa manera la hacia ver como una persona completamente diferente... Pero el parche en su ojo y la mirada enojona la delataban. Annie de las estrellas, su mayor heroína de la niñez, y a su vez, mayor heroína en su adultez...increíblemente la seguía considerando como tal, pese a la paliza de muerte que recibió de su parte la última vez que se vieron a los ojos. Para seguir considerándola una heroína... ¿llego a considerarse entonces como la villana en primer lugar? Era una pregunta que no se podría responder.
Annie al instante sintió como la mirada del perro faldero la penetraba hasta el alma, pese a que ni siquiera se estaba dignando a mirarlo, podida deducir cuál era su expresión. Sin embargo, nada de eso era de su interés. Su mirada estaba fija en la princesa, sus ojos fijos en los ojos ámbar de la dama frente a ella. Sin armas, sin paraguas ni nada similar... No era un intento de arresto, eso le quedaba más que claro.
Le daba curiosidad la visita, y sabía no obtendría respuestas si no los dejaba entrar. Sencillamente se hizo a un lado, dando paso a los indeseados visitantes quienes entraron más rápido que de inmediato. Ella cerró la puerta, fijando el seguro como siempre. Miro a los visitantes, esperando que fueran ellos quienes pronunciaran palabra. Los segundos pasaron, y la explicación que estaba esperando con tantas ansias no daba señales de aparecer.
Frunció el ceño.
Adiós tranquilidad, el mal genio la alcanzaba de nuevo.
─ Creo que lo entiendo, es una competencia de miradas ¿verdad? este tipo, Adam, va ganando. No me deja de ver...
Se cruzó de brazos, recostando su espalda en la puerta detrás de ella mientras sus ojos se clavaban en los de Adam, ninguno dispuesto a apartar la mirada ¿Qué demonios le pasaba? ¿aun rencoroso por la golpiza a su princesa? Era mejor que se calmara, evitaría muchos problemas si lo hacía. Sin embargo, eso no iba a pasar. Parasoul sabía perfectamente lo que estaba pasando con Adam, era un claro vistazo a las secuelas del "entrenamiento"...le rompió el corazón leer los informes y adentrarse a detalle en lo que a formación de las garzas se refería. El adoctrinamiento había ido... demasiado lejos a su parecer. Entregar el corazón a la nación y la mente a los gobernantes jamás había sido tan literal.
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Endless Despair (Skullgirls)
HorrorContinuación no canónica de amor de hermanas... Puede tomarse como un capítulo extra