Endless Despair (Skullgirls)

VII Resultados

El tiempo había transcurrido, lento pero seguro. Un par de semanas habían pasado desde la reunión con Vítale y aun no había recibido ningún tipo de noticia sobre Filia. Comenzaba a creer que Vítale le había tomado el pelo, y era ella quien tenía un letrero de se busca en su espalda justo en ese momento. No era algo demasiado descabellado, teniendo en cuenta las cosas que ella sabia y como afectaban directamente al hombre en cuestión. Su muerte seria la cosa más conveniente para Vítale.

Sin embargo, había algo que la mantenía tranquila y la hacía pensar que Vítale estaba demasiado ocupado como para pensar en ella, al menos por el momento. Y esto era el ambiente que lentamente fue tomando forma en todo ese tiempo. Al comienzo no fue nada obvio, solo susurros dirigidos exclusivamente a quienes supieran escucharlos. Teorías...rumores. Fuertes rumores demasiado exactos como para ser solo eso. La supuesta pérdida familiar de los Renoir era un rumor extendido por cada esquina y rincón del territorio. Se trataba de una verdad lo suficientemente difícil de comprobar como para convertirse en rumores. Aunque el rumor no tardaría en volverse una leve sospecha y a ese punto más de uno deseaba saber la verdad de una vez por todas.

El rumor muy probablemente llego a los oídos de la realeza y la falta de respuestas levanto más sospechas de las que hubo al comienzo. Las personas se inquietaron. Era una noticia grande y callarla no les parecía nada correcto. Fue en ese mismo instante cuando la situación se volvió insostenible y las primeras protestas comenzaron a dejarse ver. Las familias más cercanas a los Renoir mantuvieron un bajo perfil y muy difícilmente fueron vistos por el ojo público, mientras aquellos con los cuales la familia real no mantenía muy buenos términos apoyaban las protestas y no tenían ningún problema en brindarles apoyo e incluso "financiar" directamente a ojos de todo. Los Medici se mantenían neutrales, algo verdaderamente extraño para la familia más interesada en tomar el control total de la situación.

Annie solo pudo suspirar. Sin importar a donde mirara solo podía ver la noticia de la supuesta pérdida familiar de los Renoir. La radio, la tv o los periódicos, la noticia era sensación y todos los medios querían tomar su rebanada de aquel gran pastel mediático sin importarles la gran puñalada que estaban dándole a la familia real. Esto le era fastidioso, pero no podía negar que todo iba de acuerdo a los planes que había trazado. Vítale fue lo suficientemente listo como para actual de acuerdo a sus predicciones. La familia real era poderosa, sin ningún rival capaz de plantarle cada de forma directa ¿Por qué no destruir su imagen primero? Hacer caer su fachada públicamente los privaría del apoyo de la mayoría de personas. Fue una movida inteligente susurrar a unos cuantos la verdad y dejar que todo se desarrollara con normalidad. Después de todo ¿no había sido ella la primera en comenzar a susurrar? Vítale solo estaba danzando en la palma de su mano mientras realmente creía ser él quien orquestaba la obra. Todo marchaba al son que ella había establecido, y entonces cuando las garzas hicieron su primera aparición indudablemente Parasoul comenzó a danzar junto a Vítale también.

Más de diez heridos y tres muertes confirmadas hicieron trizas la imagen pública que por tantos años la fuerza elite de los Renoir intentaron mantener. Las heridas de la guerra que con tanto esfuerzo habían sanado estaban abiertas una vez más, y de repente, los héroes se volvieron opresores y su aura de esperanza ahora solo transmitía miedo. Por algunos días las manifestaciones se detuvieron llevando a el reino a un momento de paz y silencio sepulcral, el miedo se había apoderado de todos aquellos que se habían involucrado de lleno y podía sentirse en el aire, denso y pesado. Ya no había vuelta atrás, y la familia real era vista de la misma manera en que fue vista la reina Nancy luego de su masacre como skullgirl. Esto trajo una nueva ola de protestas, más intensas y violentas. Las garzas no estaban conteniéndose en lo absoluto y esto iba más allá de lo que Annie esperaba que ocurriera. Los calabozos del castillo se llenaron de prisioneros y las calles se tiñeron de rojo, ni hablar de los hospitales repletos de heridos con pronósticos nada esperanzadores.