Mejores amigos

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Abrió los ojos con pesadez, estaba tan cansado, su cuerpo  estaba entumecido. De alguna forma se había quedado dormido en la sala común. Era inaceptable, como representante del grupo no podía permitirse tal falta de disciplina.

El lugar estaba totalmente oscuro, ni siquiera iluminado por las lámparas de noche que Yaoyorozu dejaba por si alguien necesitaba bajar a media noche.

Se estiró desde el lugar donde estaba sentado, intentó ponerse de pie para ir a su habitación, pero unas suaves manos lo empujaron con delicadeza contra el respaldo del sofá.

—Iida, una ronda más y ya —se quejó Ochako con un puchero.

Iida tragó saliva y el rojo cubrió su rostro, pues su amiga, su compañera de clase, estaba totalmente desnuda, restregando sus enormes pechos contra su cara. Ni siquiera pudo intentar apartarla, pues ella se acercó y dejó un suave beso en sus labios, quitándole los anteojos en el camino.

Primero lo invadió el pánico e intentó apartarla, pero la suave lengua de su amiga lo hizo caer. Después de un par de besos, ya no luchó contra esa sensación tan exquisita, de hecho tuvo un deseo repentino de quedarse ahí, acariciando la suave piel de la cintura de Ochako. Ella jugó con su cabello, y poco a poco, aprovechando la distracción de su representante, se deshizo del molesto uniforme que cubría los  músculos que la tenían fascinada.

Iida dió un respingo cuando sintió un aliento cálido en la entrepierna de su uniforme escolar. Al notar lo que sucedía, Ochako se apartó con una sonrisa, solo para unirse al chico de pecas y mirada lasciva que bajaba el zipper del pantalón con sus labios.

Ochako se deshizo del cinturón y juntos bajaron los pantalones de Iida, con todo y ropa interior. Ambas miradas en esos ojos inocentes se encendieron de un brillo de emoción, pues el miembro de su mejor amigo, duro y delicioso se alzaba frente a ellos.

Izuku se adelantó, sujetó con una de sus manos la cabeza del pene y la acarició disfrutando de la sensación pegajosa.

—Es tan rico, Iida —suspiró el pecoso.

—No… Midoriya, por favor —se quejó el representante, intentando apartar al chico de las pecas, pues su compromiso de amigo no lo dejaba procesar esa imagen de Izuku.

—¿Solo vas a dejar que lo haga Ochako? —se quejó Izuku dolido—, eres muy injusto.

—No Deku, tienes que convencerlo de otra forma —murmuró Ochako.

La castaña sujetó una mejilla pecosa y atrapó a Izuku a un beso hambriento. Ante la mirada del pobre representante, Ochako los acercó demasiado al enorme miembro que seguía creciendo a centímetros, entonces el pene de Iida terminó entre la boca de sus dos mejores amigos. Ochako dejaba lamidas en la base, Izuku lo devoraba hasta la mitad.

No pudo reunir suficiente sentido común, Iida terminó sujetando con fuerza salvaje el cabello de Izuku, follando la garganta del pecoso, quien luchaba por respirar mientras los gemidos obscenos, más parecidos a arcadas, escapaban de su garganta. Iida usó la cálida boquita de Deku, hasta que llegó al clímax, derramando su semen sobre su amigo.

Izuku lloró cuando el miembro de Iida salió de su boca y el semen escurrió entre sus labios. Ochako capturó los labios de Izuku en un beso, pues también quería una probada de su delicioso premio. Cuando ellos se separaron, el representante forzó un beso con Izuku.

Los intentos por justificarse o por intentar detener toda esa extraña situación, se fueron por la borda cuando Izuku acarició sin descaro los fuertes músculos de su pecho, se espalda, sus brazos, y restregó su trasero contra el miembro que ya comenzaba a endurecerse de nuevo.

—Eres tan fuerte, Iida —suspiró Izuku contra su oído.

—Un héroe tan asombroso —se unió Ochako.

Ella sujetó a Izuku por la cintura y lo acomodó sobre el regazo de Ida.

—Es hora de la parte más divertida, Ingenium —cantó ella con diversión. Solo le dió unos segundos para respirar, antes de empujar a Deku con fuerza hacia abajo y obligarlo a penetrarse con el duro miembro de Iida.

Izuku gritó desesperado mientras luchaba por aferrarse a algo, pues eran demasiadas sensaciones extrañas para su cuerpo inexperto. Ida lo embestía con fuerza, Ochako lo masturbaba y jugaba con sus pezones. Rebotó como una muñeca de trapo incontables veces, antes de terminar relleno de la esencia de su mejor amigo.

Cuando Iida se halló satisfecho, salió con brusquedad de Izuku y lo arrojó al suelo con violencia. El pecoso cayó de cara sobre Ochako, ni siquiera tuvieron tiempo de adaptarse. Iida decidió que también quería probarla a ella, por eso la penetró sin preguntar, mientras usaba sus dedos para jugar con el trasero de Izuku.

Sus dos temblorosas víctimas se unieron en un brazo que le provocó ternura, por verlos tan desesperados, gimiendo y llorando mientras gritaban su nombre. Pero sus súplicas y su comportamiento de putas lo sumieron en un estado sádico. Iida los hizo gemir hasta que sus voces se quebraron, dejó marcas por cada centímetros de su piel y los hizo llegar al clímax tantas veces que sus pequeños cuerpos no soportaron más.

Al final, incluso cuando sus dos amigos estuvieron cubiertos de semen de la cabeza a los pies, Iida seguía empujando hasta el fondo, dejándolos con la duda de en qué agujero metería su pene en la siguiente ronda.

Aunque en realidad, fuera de su sueño extraño, el representante daba vueltas y vueltas en su cama, tal vez intentando despertar, tal vez intentando seguir con su sueño.

Deseos nocturnos [Dekubowl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora