Noche de chicas

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Se habían reunido en la habitación de Momo. La anfitriona, Jiro y Asui estaban sobre la cama, refugiándose en las mantas; Mina estaba en uno de los sofás, con Hagakure dormida en sus piernas; Ochako estaba tendida en medio de la habitación simplemente mirando el alto techo. Ella levantó su teléfono, revisó por milésima vez cierto chat y suspiró cansada.

—Ni siquiera ha leído mis mensajes —dijo al resto—. Deberíamos ir a verlo, de verdad me preocupa mucho.

—No creo que sea buena idea, Midoriya debe estar muy afectado —dijo Momo.

—Normalmente las estupideces de esos idiotas van hacia nosotras, pero esta vez de verdad se pasaron de imbéciles, no tenían porque meter a Midoriya en sus bromas —se unió Jiro.

—Pobre Deku, me rompió el corazón ver su carita de tristeza —dijo Ochako.

—Yo sé que no es un buen momento para decir esto… —interrumpió Mina—, peeeeero… ¿vieron la forma en que todos miraban a Midoriya?

Todas se levantaron para mirar a Mina de forma acusadora.

—Es en serio, nunca lo había notado, pero de verdad que todos tenían esa mirada extraña cada vez que tenían a Midoriya enfrente… —insistió—, creo que más de uno está enamorado…

—Deku tiene novio —dijo Ochako cortando las locas ideas de Mina.

—¿Y qué?, eso no significa que otros chicos no puedan enamorarse de él.

—Ya para, Deku tuvo un horrible día hoy, no quiero ni imaginar lo mucho que debe estar sufriendo —continuó ochako—. Yo todavía me siento incómoda… debe ser peor para él.

Todas se unieron en un asentimiento. Y todas se sentían de la misma manera, era como si esas malditas vibraciones no se hubieran detenido, seguían ahí torturandolas con el recuerdo.

Cuando la noche llegó solo Ochako y Asui volvieron a sus habitaciones, pues necesitaban tiempo a solas, las demás decidieron dormir juntas en la habitación de Momo, de esa forma no estarían solas por la noche.

El recuerdo de lo que sucedió aquel día y las malditas vibraciones que aún se sentían tenues despertaron algo en ellas que ninguna creyó posible, esa noche las seis chicas de la clase se unieron en un mismo sueño:

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Todas estaban emocionadas, se miraban a ratos incapaces de contener sus sonrisas, pero cómo hacerlo, si ese chico de las pecas después de tanto tiempo por fin cayó en su trampa. Con engaños lo convencieron de ayudarlas con algo por lo que todas sentían curiosidad, a él no se lo explicaron, lo harían eventualmente, cuando Izuku apareciera aquella noche en la habitación.

La más espaciosa, la más hermosa, la única en todo el complejo que estaba insonorizada gracias al quirk de Momo. Les tomó meses reunir lo necesario, pero finalmente después de meses de esfuerzo todo estaba listo.

Unos toques leves en la puerta fueron su señal para comenzar. Esa vocecita tierna encendió una chispa de emoción en todas.

—¿Hay alguien?, soy yo, Izuku —dijo bajito contra la puerta.

Ellas se dirigieron una última sonrisa oscura, cada una buscó su lugar en la gran cama circular, fingiendo que estaban solo revisando sus celulares.

Ochako se levantó y fue directo a la puerta para dejar pasar a su invitado.

—Bienvenido, Deku —saludó con una enorme sonrisa—, te estábamos esperando ¡La pijamada apenas comienza!

Todas saludaron animadamente, él devolvió el saludo con una dulce sonrisa, era la primera vez que tenía una pijamada, a decir verdad, aunque la idea le gustara mucho, sabía que él era demasiado tímido para sugerir una noche de chicos, y temía mucho el rechazo. Entonces cuando Ochako y el resto de las mujeres de su clase lo invitaron no pudo negarse, además, todas parecían muy emocionadas por probar algo, y aunque no le dijeron de qué se trataba sabía que quería ayudar.

Deseos nocturnos [Dekubowl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora